SANTOS (1 NOV 2019)

Espacio de reflexiones a la Palabra de Dios del Pbro. César Montijo, de la Diócesis de Culiacán, SInaloa. México
Si bien oír misa es la mejor manera de celebrar el día de los difuntos, en algunas zonas de América Latina, además de la eucaristía, las personas suelen rendir culto a sus finados con el tradicional pan de muertos.
Los católicos celebran el día de todos los Santos y el de los Difuntos, el 1 y 2 de noviembre respectivamente, sin embargo, en algunas zonas de México, Perú, Bolivia y Ecuador (también Guatemala, Colombia y el norte de Argentina) la conmemoración de estas dos fechas es celebrada siguiendo las costumbres no sólo cristianas, sino también prehispánicas, que desde tiempos ancestrales solían venerar a sus muertos.
Los cuatro países arriba mencionados tienen la costumbre de preparar, en esta fecha, el pan dedicado a los finados y darlo como ofrenda a sus seres queridos, en las casas o cementerios.
Por su forma, el pan mexicano, es quizá el más singular, exquisito y macabro, ya que representa un cráneo con un dulce encima. Además de las formas de calaveras que llevan nombres de personas en son de broma, también existen otros panecillos de forma redonda. El origen de este pan es una “fusión multicultural entre los ancestrales rituales amerindios relacionados con la muerte y entre las nuevas tradiciones religiosas” de la colonia española (Miguel Ángel Moreno Tavera, La influencia de la muerte, 2013).
En los andes peruanos, el pan de los muertos es conocido como las “tantawawas” (en quechua) o “bebés de pan” en español. Aunque la mayoría de las veces este bizcocho tiene forma de persona, también puede representar diferentes animales. La gente suele regalar este pan a sus familiares y amigos el 1 y 2 de noviembre.
Algunos ejemplos:
Al igual que en Perú, en Bolivia, el pan de los difuntos es conocido como las tantawawas y también tiene forma de persona. Los bolivianos suelen usar los panes para decorar las apxatas o altares dedicados a los muertos. Un “lugar donde las almas se reúnen y llegan al medio día del primero de noviembre” (Gerardo Frenández Juñarez, Aymaras de Bolivia, 2002)
El origen de las guaguas está relacionado con el culto que los indígenas hacían a sus momias o difuntos, y que con la llegada del catolicismo fue reemplazado por el pan.
En Ecuador, los ecuatorianos llaman guaguas (bebé) de pan a los panes dedicado a los difuntos. Como es de costumbre, el bizcocho va servido con la colada morada, una bebida milenaria hecha de maíz morado, y que según la tradición, es el alimento que se toma cuando se viaja al más allá.
Así que, si estás buscando un nombre para ponerle a tu propio hijo, inspírate en algunos de estos santos hombres italianos. Aunque seguramente estarás familiarizado con algunos de los nombres más clásicos, hay algunos que, como los hombres detrás de ellos, son únicos y muy originales.
Series que toda la familia, desde el más niño hasta el bisabuelo, puede compartir sin ruborizarse, en las que los valores ciudadanos y familiares son más importantes que el coquetear con planteos oscuros que en ocasiones rozan extremos como el canibalismo mismo o el incesto.
Lugar de honor en ese listado de grandes series de televisión ocupa El Zorro, producida por Walt Disney entre 1957 y 1961, tiempo durante el que se grabaron unos 80 inmortales episodios de épica aventura.
Diego de la Vega era un joven formado en España que regresaba a su pueblo virreinal californiano lleno de habilidades y conocimientos, pero que para encubrir la identidad del héroe que rescataba al pueblo de la tiranía y fechorías, se hacía pasar por un ignorante y distraído joven.
Pero don Diego, con la infaltable ayuda de su asistente Bernardo, mudo, pero no sordomudo, y montando su noble córcel, poníase su antifaz y sombrero para convertirse en el bravo y valiente zorro, para castigar al hombre de mal con la zeta como ley. Con la cuota de humor particularmente protagonizada por el Sargento García, escenarios y vestuarios de época, y combates de esgrima que, pocos sabían, a pedido del propio Walt Disney, se realizaban con espadas reales, la serie cautiva audiencias desde entonces en todo el mundo, fanáticas de sus repeticiones.
Al punto que desde hace 16 años venía emitiéndose de manera ininterrumpida en El Trece, uno de los canales de aire más importantes de la televisión argentina, y el primero que la había transmitido en 1968, en blanco y negro por supuesto. Pero la señal anunció que por motivos artísticos levantará del aire la serie que venía emitiendo todos los mediodías.
De esta manera, el formato audiovisual más democrático se queda sin héroes de ficción, ya que ninguna otra señal abierta emite de manera periódica series como el Zorro. Como contenido para toda la familia, aunque más orientado explícitamente al público infantil, queda otro personaje de todos los tiempos, El Chavo, aún emitido por Canal 9. Más allá de ellos, algunas telenovelas extranjeras y algunas locales, pero sin personajes que inspiren a los niños y adultos como el personaje interpretado por Guy Williams.
Más allá de la esperanza por su retorno para no depender de plataformas pagas on demand, quedan las historias de “El Zorro” en la retina y el recuerdo de todos, en un formato televisivo convocante para toda la familia y un héroe, sin superpoderes más que su vocación de servicio y habilidad fruto de su esfuerzo y entrenamiento, que inspire valores.
“En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Jn 13,35). Es decir: lo que mostrará a los demás conductores que somos discípulos de Jesús no son las pegatinas en el parabrisas o el rosario colgado en el retrovisor, sino la forma en que nos comportamos detrás del volante. Por supuesto, no es necesario ser cristiano para conducir con seguridad y la caridad no sólo consiste en cumplir con el Código de Circulación, pero también forma parte de ella. ¿Qué significa amar a su hermano, cuando no dudamos en poner en peligro su vida saltando un semáforo en rojo o conduciendo alcoholizado, cuando insultamos al hermano en cuestión porque está haciendo una maniobra delicada o cuando ocupamos sin escrúpulos las plazas de aparcamiento reservadas para personas con discapacidad? “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?” (Lc 6,41).
Nuestro comportamiento en el auto debe ser parte de nuestro examen de conciencia y la luz del Espíritu Santo también nos es dada para iluminar este aspecto de nuestras vidas. “Hagan por lo demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes.” (Lc 6,31). Esta regla de oro tiene aplicaciones muy concretas en términos de circulación. Cuando conducimos por la ciudad, por ejemplo, pensemos en cómo queremos que se comporten los conductores cuando está en juego la seguridad de nuestros propios hijos. Lo que está en cuestión no es el miedo a la policía ni el deseo de conservar nuestra licencia, sino el respeto que debemos a todos los hombres. Conducir es asumir una responsabilidad que, aunque sea trivializada, no deja de ser grave. Y esta responsabilidad no es externa a nuestra vida espiritual: no podemos servir a Cristo y despreciar la seguridad de nuestro prójimo, orar seriamente y conducir con despreocupación.
“Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.” (Lc 12,34). A menudo es difícil distinguir en realidad lo que es nuestro tesoro y admitir que nuestro corazón está un poco -o mucho- en cosas que sabemos que no valen la pena. Sin embargo, el coche o la motocicleta pueden ocupar mucho espacio en las preocupaciones y opciones financieras de los cristianos. Jesús fue claro: “Nadie puede servir a dos señores” (Mt 6,24). Dios o el dinero, Dios o el coche, hay que elegir. Los bienes materiales son medios, pero sabemos que siempre existe el riesgo de considerarlos como fines.
Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte... y no solo les pasa a los demás. Sin embargo, no se trata de permanecer prudentemente en casa y renunciar a las innumerables ventajas que nos ofrece el coche. Tampoco se trata de vivir en una angustia perpetua: “¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?“. (Mt 6,27). Pero no tiene sentido negar la realidad: somos mortales, y nuestra vida en la tierra puede detenerse repentinamente, sin previo aviso, quizás esta noche o dentro de unos días. Así que estemos preparados. Ofrezcamos nuestras vidas al Señor ahora, digámosle ahora lo que nos gustaría decirle en la hora de nuestra muerte, confiemos sin demora en su misericordia. No nos hará morir antes, pero nos ayudará a poner nuestras vidas en la dirección correcta, hacia su objetivo final.
Christine Ponsard
El miedo no es una sensación agradable, por mucho que algunos digan que les gusta sentir miedo. El diccionario de la Real Academia define el miedo como la “angustia por un riesgo o daño real o imaginario’’ o el ‘’recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea’’.
Si tu hijo en Halloween siente este tipo de “angustia”, ayúdale.
Aquí algunas ideas:
En el artículo que encontrarás a continuación, Luz Ivonne Ream te da alguna pista más para ayudar a los niños a superar miedos y pesadillas. Te animo a leerlo.
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David Smolansky, coordinador para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), agregó más datos, además de sostener que la gran mayoría de las mujeres que dan a luz en Cúcuta (Colombia) y Boa Vista (Brasil) son venezolanas.
El 61% de las migrantes refugiadas venezolanas, que están embarazadas, presentan embarazo de alto riesgo y el 20% de ellas son menores de edad.
“Los venezolanos somos la población con más desplazados sin una guerra convencional ni una catástrofe natural”, manifestó. La única solución para frenar la migración forzosa “es la libertad en Venezuela”.
Cáritas de Venezuela acaba de lanzar un alerta: “Hoy día, hay toda una población que depende de otro para vivir, aunque trabaje. Hay gente que no lo aguanta, que no soporta esa situación. Pasan la línea, se vuelven depresivos, se suicidan. Nunca habíamos visto ese tipo de casos en Venezuela…”
La directora nacional de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez, indicó que nuevamente están solicitando al régimen de Nicolás Maduro abrir “la puerta grande de la ayuda humanitaria” para poder aliviar las carencias que padece la población por la crisis económica.
Casi a la par, mediante un comunicado público, Cáritas se dirigió a la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sobre la situación de urgencia y vulnerabilidad de los derechos humanos que se vive en el país.
Smolansky participó este lunes 28 de octubre en la “Conferencia Internacional de Solidaridad” que trata la migración forzosa de millones de venezolanos en la ciudad de Bruselas, capital de Bélgica. Se trata de una conferencia de alto nivel que ha sido organizada por los representantes de la Unión Europea y las Naciones Unidas. La razón es que la crisis de refugiados venezolana es la más grande en la historia de América Latina y el Caribe.
“Los venezolanos somos la población con más desplazados sin una guerra convencional ni una catástrofe natural”, apuntó en la antesala de la reunión.
Smolansky se presentó a Bruselas en su carácter de enviado de la OEA para correr todos los telones acerca de esta tragedia que involucra a varios países receptores del hemisferio.
Este encuentro de alto nivel -28 y 29 de octubre- fue presidido por la alta representante de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini; el alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados, Filippo Grandi; y el director general de la Organización Internacional para las Migraciones, António Vitorino.
“Había 7.000 venezolanos en Perú en 2016 y ahora hay cerca de 900.000. Es el segundo país con más refugiados venezolanos”, enumeró. Igualmente, detalló Smolansky, 2 millones de venezolanos han utilizado a Ecuador como país de tránsito en los últimos tres años.
Luego de Colombia, el segundo país receptor es Perú, seguido de Chile, Ecuador y Brasil.
Recordemos que 325.000 venezolanos han solicitado asilo sólo en Perú; 36.000 estudiantes han ingresado al sistema educativo en el último año académico, y al menos 18.000 médicos se han instalado en ese país. El detalles es que, en el caso de Perú, solo 8% de los refugiados tiene cobertura de salud. «Costaría 128 millones de dólares darle cobertura a 92% de los migrantes que no tiene», informó.
En general, los países que han dado acogida a los venezolanos han puesto en total 1,5 millones de vacunas; no obstante, los sistemas de salud no ofrecen cobertura a toda la población migrante.
Eduardo Stein, Representante ACNUR – OIM, afirmó que el éxodo venezolano pasará los 6 millones de ciudadanos en 2020.
Estas cifran pintan un panorama tremendamente complejo en caso de que la tiranía se prolongue en Venezuela pues pudiese haber más refugiados venezolanos que sirios en tan solo meses comprometiendo, más de lo que está, la situación social en varios países vecinos.
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El Grupo de Trabajo de la OEA para Abordar la Crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos en la Región presentó un completo informe en junio pasado que analizó la crisis de migrantes y refugiados venezolanos sin precedentes en la región.
Las conclusiones del informe señalaban que, de continuar o profundizarse las problemáticas existentes en Venezuela, “la proyección de migrantes y refugiados venezolanos podría llegar entre 5.3 y 5.7 millones para finales de 2019 y entre 7.5 y 8.2 millones para finales de 2020”.
El documento instaba a la comunidad internacional “a otorgarle una dimensión global a la crisis de migrantes y refugiados venezolana. No se le puede dar una visión regional ni mucho menos subregional al desplazamiento forzado de los venezolanos”. Resalta además que esta crisis de migrantes y refugiados representa un desafío inédito para los países miembros de la OEA y el resto de la comunidad internacional.
”A pesar de las dificultades que este episodio ha generado, este reto significa una inmensa oportunidad de integrar a millones que están deseosos de trabajar, estudiar e impactar positivamente en los países que los reciben”.
Smolansky advirtió que “para el momento de esta Asamblea General hay 4 millones de migrantes y refugiados venezolanos, el flujo migratorio más grande de la historia de la región. Actualmente es el segundo más grande del mundo, solamente superado por Siria, que ha pasado por una guerra por más de 8 años”.
Explicó además que, dada la grave situación, “se considera imperante otorgar a los venezolanos el estatus de refugiado a nivel regional, según la Declaración de Cartagena”.
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Éxodo venezolano imágenes:
A finales de 1700, la primera iglesia católica de la ciudad de Nueva York, St. Peter’s en Barclay Street, se enfrentó a la incómoda realidad de que su pequeño y pequeño cementerio había alcanzado su capacidad máxima.
Desafortunadamente para los administradores de la iglesia, que ya estaba en las afueras de la zona poblada de la ciudad, la tierra disponible más cercana estaba aún más lejos, en medio de las parcelas de tierras de cultivo al norte.
Pero la tierra distante era mejor que ninguna tierra y en 1801, “Tuckers Farm”, en la esquina de las calles Prince y Mott, fue comprada para proporcionar espacio adicional para los restos de los feligreses que habían fallecido.
En los años siguientes, la parroquia creció tan rápidamente, con los inmigrantes recién llegados, que el siguiente desafío fue encontrar espacio para construir una iglesia más grande.
Con los escasos recursos disponibles, solo había una opción viable: construir la nueva iglesia sobre el cementerio recién adquirido. Así, en 1809 comenzó la excavación del cementerio de San Pedro, para dar paso a la primera catedral de San Patricio.
La nueva iglesia se erigiría en el centro de la propiedad, dejando espacio en el cementerio al norte y al sur del edificio. Los restos que fueron exhumados en el proceso fueron enterrados nuevamente en las parcelas adyacentes, y varios fueron trasladados a las catacumbas que se construyeron debajo de la nueva iglesia.
Durante los siguientes dos siglos, las criptas y las parcelas se llenarían con los restos de figuras fundamentales en la historia de Nueva York y de la Iglesia Católica en la ciudad.
Algunos de sus nombres:
Francis Delmonico y familia – Extraordinario restaurador y fundador del primer establecimiento de alta cocina en la ciudad, que todavía existe hoy en día.
Venerable Pierre Toussaint – Ex esclavo que se convirtió en un gran filántropo, comprando libertad para muchos esclavos y apoyando a las Hermanas de la Caridad en su servicio a los huérfanos. Sus restos fueron luego trasladados a fines del siglo XX a la “nueva” Catedral de San Patricio.
Obispo “Dagger John” Hughes – Líder icónico de la Iglesia Católica de Nueva York a través del tempestuoso siglo XIX y firme defensor de los inmigrantes irlandeses. También fue el visionario que comenzó la construcción de la Catedral de San Patricio en la Quinta Avenida. Sus restos fueron enterrados posteriormente en la nueva catedral.
Dominick Lynch II: conocido por llevar la primera actuación de ópera al nuevo mundo y por ser uno de los primeros importadores de vino de Nueva York.
Dominick Lynch, Sr. – Asistió a la toma de posesión del Presidente George Washington y fue firmante de la Carta de Felicitación a él en nombre de la Comunidad Católica Romana de América.
Condesa Anna Leary: recibió su título del Papa León en respuesta a su increíble espíritu filantrópico. Financió la Capilla del Hospital Bellevue, apoyaron a los niños huérfanos italianos, así como muchas otras organizaciones benéficas católicas.
Thomas T. Eckert – General de Brigada durante la Guerra Civil, amigo cercano del presidente Abraham Lincoln y presidente de la Western Union.
Pasar por las pesadas puertas de madera y entrar en los túneles oscuros y fríos es hacer un viaje en el tiempo y encontrar la huella silenciosa de generaciones de hombres, mujeres y familias que fueron fundamentales para sentar las bases de lo que ahora es la ciudad más grande de la tierra.
Estos hombres y mujeres se comprometieron a defender y construir la iglesia católica en la ciudad de Nueva York para que se conservara para las generaciones venideras.
Así que, si estás buscando una forma diferente de celebrar el Día de Todos los Santos, un recorrido a la luz de las velas por las Catacumbas puede ser una experiencia emocionante e inspiradora. Hay recorridos por hora disponibles a través de la parroquia, que se pueden programar en el sitio web.
Aún faltan unas semanas para que llegue la Navidad y muchas personas, a pesar de que saben que es muy difícil ganar, ya han comprado su décimo para el popular sorteo del día 22 de diciembre.
Todos conocemos al amigo de un amigo al que le tocó un buen pellizco. Año tras año el bombo de las bolitas de la suerte gira una y otra vez pero, al final, casi siempre nuestra ilusión se convierte en desilusión.
No nos ha tocado nada y lamentamos nuestra mala suerte sin darnos cuenta de lo muy afortunados que somos.
Pero… ¿Qué es la suerte? Suerte es tener un techo donde abrigarnos. Suerte es tener a gente que nos quiera y se preocupe por nosotros o tener algo que comer. Y suerte es compartir lo que somos y lo que tenemos con los demás, especialmente con los más pobres y necesitados.
Sí, hay más gozo en dar que en recibir. ¡Qué bien lo expresaba san Francisco de Asís!:
“Es perdonando que se es perdonado
es dando como se recibe
es amando como se es amado”.
¿Cómo podemos considerarnos poco afortunados si somos hijos de Dios, que nos ha creado a su imagen y semejanza? Lo primero que deberíamos valorar es que la verdadera suerte es la vida misma que hemos recibido.
La vida no la conquistamos, ni la merecemos, ni la compramos: la recibimos. Es un don que nos ha sido dado. Un precioso regalo de Dios que nos da la oportunidad de existir. ¡Qué privilegio haber sido elegidos por Él!
La vida es un valioso don para cuidar y compartir que, si lo entregamos a los demás, se acrecienta y se disfruta con mayor intensidad.
La vida es dicha, es un sueño maravilloso, es una oportunidad, un desafío apasionante. Pero sobre todo es amor. Merece la pena que la disfrutemos a pesar de las adversidades y contratiempos que nos podamos encontrar en el camino.
Muchas veces olvidamos que deberíamos agradecer y convertir cada instante que vivimos en un momento de gozo, de plenitud y de felicidad.
Por eso, podemos decir que la lotería ya nos ha tocado. La vida es el mejor premio.
Nuestra suerte es saber que Dios nos ama con locura. Nuestra suerte es conocer a Jesús. Nuestra suerte es sentirnos amados por Él. Nuestra suerte es tener a la Virgen como madre protectora.
Nuestra suerte es saber que Dios nos cuida y quiere nuestra felicidad plena. Nuestra suerte es saber que Él nos está esperando para regalarnos la vida eterna. Eso sí que es un premio gordo, el premio más gordo que pueda existir.
Queridos hermanos, cuando nacemos, lloramos mientras a nuestro alrededor todos sonríen de felicidad. Vivamos la vida de forma que, cuando tengamos la muerte cerca y todos a nuestro alrededor lloren, seamos nosotros los que sonriamos pensando en el premio que vamos a recibir.
Esa sonrisa será nuestro mejor legado y un gran ejemplo para que los nuestros comprendan que la vida es el mejor premio.
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Por Juan José Omella, arzobispo de Barcelona
¿Crees que es imposible dejar a vuestros hijos por unos días? Es posible que yo no sea la persona más adecuada para hablar de ello, pero no estoy tan seguro. Tal vez vuestros padres vivan lejos y no veis a quién confiar a vuestros hijos. Tienes razón. Sin embargo, me gustaría que respondieses a una pregunta: ¿Te negarías a cuidar a dos niños durante dos días para permitir que tu amiga respire un poco y se relaje? ¡Claro que no! Esto es lo que me sorprende: estamos dispuestos a servir espontáneamente, generosamente… pero no nos atrevemos a pedir el mismo servicio a otros que también lo harían, sin ninguna duda, de forma espontánea y generosa. ¿Acaso tenemos el monopolio de la bondad y la generosidad? ¿Por qué no dar a otros la caridad para que nos la den a nosotros, y daros la oportunidad de dedicaros un tiempo?
Hay más. ¿Quiénes serán los principales beneficiarios de este viaje? Pues precisamente estos niños que encontrarán a sus padres más relajados y sobre todo más enamorados. El mayor regalo que los padres pueden dar a sus hijos es su amor conyugal. Para ser una buena madre, primero hay que ser una buena esposa. Y los niños, especialmente hoy en día, se sienten mucho más tranquilos cuando crecen en un clima de amor entre padres… Así que estos días, no deben ser tomados a pesar de los niños, sino por los niños. Solo hay que decirles cuando os marchéis que les vais a dejar durante dos o tres días (¡no para siempre!) para aprender a quereros mejor… y los mayores os dirán: “¡Váyanse ya!”.
Pero uno puede preguntarse si el problema es realmente la dificultad de encontrar una niñera. ¿No es a veces una excusa (muy fuerte) para rechazar lo que no apetece? Y en este caso, debemos mirar dentro de nosotros mismos para descubrir dónde está nuestra reticencia a hacer un viaje que debería motivarnos. ¿Es realmente un miedo de traumatizar a los niños? ¿No es más bien falsa culpabilidad: tomarse un tiempo para uno mismo, atreverse a pensar en uno mismo y en tu relajación, mientras que los niños no se benefician de ello? ¿O acaso temes una situación de tú a tú con tu cónyuge por alguna razón? Hay muchos motivos conscientes o inconscientes… Es bueno encontrarlos porque es realmente una pena que las parejas no siempre hayan tenido interés por estas escapadas románticas.
Todo matrimonio necesita fantasía. Y un viaje sin hijos es una fantasía de primera calidad. Permite estar totalmente despreocupado por los baños y las cenas que hay que dar a los niños, pero sobre todo permite redescubrirse. En la rutina diaria, la otra persona puede convertirse en una parte más del mobiliario, es decir, en algo útil pero no visible. En la Biblia, pero en una versión apócrifa, hay un pasaje sorprendente: cuando Abraham se fue a Egipto con su esposa Sara, se dio cuenta de que los demás hombres miraban a su esposa con admiración. Entonces, dice el texto, “Abraham miró a su mujer y vio que era hermosa.” ¡Ya hacía mucho tiempo que no la miraba! Vamos a transponer: en un otro contexto, el otro es mirado de nuevo.
El viaje también permite que una pareja comunique: cuando hay muchos hijos, ocupan el espacio… y hacen tanto ruido que los esposos no sienten el silencio que se establece disimuladamente entre ellos. La pareja puede entonces repetir en un ambiente agradable las palabras de amor que no se pueden inventar en la rutina ordinaria. También puede hacer el balance de la experiencia de su amor: cada uno puede expresar lo que le pesa… y así liberarse de ello. En la calma, finalmente, la pareja puede tomar decisiones importantes. Así que sí, ¡tenéis derecho a pensar en vosotros y a pararos! ¿Acaso no fue Dios mismo quien descansó el séptimo día?
Padre Denis Sonet
En 1901 publicó su primer libro, una antología de los escritos de santa Teresa de Ávila, traducida del español. Después de ser ordenado sacerdote en 1905, fue enviado a Roma y frecuentó la Universidad Pontificia Gregoriana.
De vuelta a Holanda, se dedicó a la docencia y continuó cultivando actividades periodísticas; publicó además las obras de santa Teresa en holandés.
Poco antes de la creación del Partido Nacional Socialista de Alemania, fue nombrado Rector Magnífico de la Universidad de Nimega. Unos años más tarde, fue nombrado eclesiástico de la Asociación de Periodistas Católicos.
En sus cursos universitarios sobre ideología nacionalsocialista, no escatimó críticas ni denuncias contra el sistema; como carmelita, profesor, periodista y, por último, como presidente de la Asociación de Escuelas Católicas, se opuso firmemente a la presión nazi.
Tras ser arrestado en su convento, fue llevado a la prisión de Scheveningen, donde fue sometido a un intenso interrogatorio en el que reiteró firmemente su posición. En la prisión tradujo la vida de santa Teresa de Jesús al holandés.
Trasladado al campo de concentración de Amersfoort, fue obligado a trabajar y vivir en condiciones muy duras: lo llevaron nuevamente a Scheveningen para completar el interrogatorio, y después fue destinado a Kleve, un campo de tránsito temporal, en el que encontró una mayor dignidad y alivio, humana y espiritualmente.
En junio de 1942 fue transportado con un vagón de ganado, junto con otros presos, al campamento de Dachau, donde las condiciones de vida eran extremas, tanto por los trabajos forzados y la falta de alimentos, como por los experimentos científicos a los que estaban sometidos los prisioneros, suerte que también le tocó a Tito.
Internado en el hospital del campo, enfermo y consumido, murió el 26 de julio de 1942 por una inyección de ácido fénico que le administró una enfermera a la que regaló un rosario y quien, convertida, testificó en el proceso de beatificación.
Su memoria litúrgica se celebra el 27 de julio.
“La oración no es un oasis en el desierto de la vida, sino toda la vida“: en esta hermosa expresión del padre carmelita, periodista y profesor universitario, se contiene el testimonio de su intensa vida de oración, que le predisponía a una particular actividad apostólica vivida con gran equilibrio y que alimentaba su valor –en el momento de las brutalidades nazis– para anunciar la verdad, defender la libertad de fe, aceptar todo tipo de pobreza y vivir el mandamiento del amor con todas sus consecuencias.
Citando las palabras de Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy” (Jn 14,27), así expresaba su ardiente deseo:
“Me gustaría repetir esta palabra, hacerla resonar en todo el mundo, sin preocuparme de quién la escuchará. Me gustaría repetirla tantas veces que aquellos que volvieron la cabeza la primera vez que la oyeron, la escuchen ahora hasta que todos la hayan escuchado y comprendido […] nuestra vocación y nuestra felicidad consisten en hacer felices a los demás“. (Conferencia Paz y amor por la paz, Bergkerk de Deventer, 11 de noviembre de 1931).
Tito tenía un carácter generoso y misionero; las experiencias internacionales vividas en su familia religiosa, especialmente durante su período de estudios en Roma, alimentaron el sueño de ser enviado como misionero carmelita para proclamar el Evangelio.
No pudo cumplir este deseo, sometido a la obediencia de los superiores que estaban preocupados por su delicada salud. Aunque no pudo viajar a tierras de misión por razones de salud, siempre mantuvo una actitud de universalidad, disponibilidad, diálogo y apertura para crear lazos de fraternidad en Cristo.
La vida lo llevó a vivir una misión especial: su inclinación natural como consolador de los afligidos, encontró su expresión máxima y heroica en los campos de exterminio; murió en el campo de concentración de Dachau como un “misionero” en un lugar “imposible”, en el que fue capaz de brindar felicidad e infundir coraje.
San Juan XXIII lo definió como “víctima de su caridad y de la defensa constante de la verdad”, basándose en numerosos testimonios.
Mientras estaba sujeto a ultrajes y palizas, soportó a sus perseguidores con paciencia y sincera compasión, exhortando también a sus compañeros a la resistencia y a la oración por aquellos que demostraban tanta crueldad hacia su prójimo.
Estaba animado por la convicción de que la luz eterna podía brillar por y a través de los sacerdotes del campo, por su fraternidad, por la esperanza y la confianza en Dios, en la que se sentían seguros.
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Íntimamente unido a Dios, se convirtió en una copa rebosante de esperanza en los lugares aparentemente más distantes de la mirada divina.
Los ámbitos de su misión fueron, por lo tanto, el convento como lugar de oración y de acogida de los más desfavorecidos, la universidad en la que hacía resonar –sobre todo encarnándolo– el mensaje evangélico, la prensa y el campo de concentración, en los cuales, sacando fuerzas de la fe, estimulaba el encuentro profundo entre los hombres bajo la atenta mirada de Dios, más allá de cualquier distinción social.
Esto le permitió sobrevivir y hacer sobrevivir en situaciones inhumanas. En los campos de concentración, tenía palabras de consuelo que expresaban una certeza bien arraigada:
“Encomienda todo al Señor, esfuérzate todo lo que puedas y Dios hará el resto“.
Su única perspectiva era Dios, por lo que fue capaz de adaptarse a personas muy diferentes entre sí y a situaciones difíciles. Su solicitud para prestar ayuda espiritual le permitió realizar un servicio precioso administrando el sacramento de la confesión y estando siempre disponible para la dirección espiritual.
A la enfermera que le suministró la inyección letal que le provocó su muerte, le dijo:
“Los buenos sacerdotes no son los que dicen palabras hermosas desde los púlpitos, sino los que son capaces de ofrecer su dolor por los hombres, por esto estoy feliz de poder sufrir“.
Extraído del documento Bautizados y enviados: La Iglesia de Cristo en misión en el mundo, publicado por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y por Obras Misionales Pontificias en octubre de 2019, mes misionero extraordinario.
Tras 7 años y dos hijos, se separan. Nicola tiene una relación de 5 años con otra mujer, pero cuando la relación termina, todo se derrumba: la felicidad no está tampoco ahí. Nicola cae en depresión, pero precisamente en el momento más oscuro… “el Señor me abrió los ojos: buscaba el amor por mar y tierra, pero la mujer que me lo daba la había tenido siempre cerca”.
Antonella y Nicola deciden intentar reconstruir su matrimonio con la ayuda de Retrouvaille, una asociación cristiana para las parejas en crisis. Dice Antonella: “No podía volver junto a él solo porque se me salía el corazón, sino porque había tomado una decisión”.
Aprenden a dialogar, a compartir sus sentimientos más profundos. Renuevan frente a Dios las promesas matrimoniales, porque solo Él les da la fuerza de perdonarse y amarse cada día. Desde hace seis años están nuevamente juntos: “La relación puede tener una crisis muy fuerte, pero si se enfrenta, puede volverla más bella que antes. Como en el evangelio de las Bodas de Caná: el vino mejor es el que sirve al final”.
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Por Marinella Bandini y Anna Raisa Favale
Nacer no es divertido. El bebé pasa de una temperatura de 37º a 24º, si todo va bien; o a 12º, si nace en Mongolia y estamos en invierno; o directamente a 0º, si es un pequeño esquimal y nace en un iglú.
Luego está el problema del oxígeno. Dentro de la madre, el oxígeno le llegaba a través del cordón umbilical. Ahora, el bebé debe respirar con sus pulmones. Las primeras respiraciones son agotadoras y llenas de dolor.
Y, como si todo esto no bastara, está la gravedad. Ha estado nueve meses flotando y ahora el peso lo empuja hacia abajo.
Todos estos cambios generan en el recién nacido, angustia y ansiedad. Un pico de desesperación que, de repente, en pocos instantes, desaparece.
Lo colocan contra el pecho de su madre y todo cambia. Escucha el corazón que ha estado escuchando 9 meses. Eso le alivia, le tranquiliza, le da paz.
El niño recobra el bienestar y la felicidad que tranquiliza su corazón. Esta felicidad le permite pasar página al parto, aquel proceso que le hizo marcharse del paraíso en el que estuvo durante 9 meses, sumergido en líquido amniótico.
Cerca de él, un pezón que la madre le ofrece y del que sale, poco a poco unas gotitas. El calostro al principio, leche a continuación. Su boca se abre y sienten paz.
La leche materna les llena la boca y aumenta su felicidad y alegría. Aporta anticuerpos, endorfinas. Protege del dolor y de la enfermedad. Es alimento que combate tanto del hambre como la sed. Es cálido y, por lo tanto, protege del frío.
Su composición es absolutamente perfecta y cambia día a día a medida que el niño crece para adaptarse a sus muchas necesidades modificadas.
A la hora de amamantarlo, su mamá, (también aquella que no amamanta) lo toma en brazos. ¡Qué gusto estar en brazos de mamá! Además del sabor de leche y llenar su barriga, el bebé disfruta del olor de la madre, de su voz, de su rostro, de su pelo en el que se enredan sus deditos. Y el niño se enamora, se enamora de su madre.
Se trata de una imagen llevada a las islas al inicio del conflicto en abril de 1982, por miembros de las Fuerzas Armadas argentinas. Ante esta imagen de la patrona argentina, rezaron combatientes argentinos, se encomendaron a ella. E incluso tal como está documentado en fotografías y testimonios, fue llevada en procesión el 8 de mayo de ese año, Festividad de la Virgen de Luján.
Una vez finalizada la guerra, el capellán inglés Alfred Height pidió al administrador apostólico de las Islas llevar la Imagen para la Catedral Castrense de San Miguel y San Jorge de Aldershot, donde la entronaron para rezar por los caídos de ambas nacionalidades. Allí estuvo 37 años hasta que el grupo La Fe del Centurión, que lleva adelante encuentros de Vida y Esperanza para veteranos de Malvinas y familiares de caídos, inició las consultas que llevaron al acuerdo entre las iglesias castrenses de ambos países. A cambio de la Imagen, la iglesia castrense llevó una imagen de la Virgen de Luján para que, tras la bendición del Papa, quede en la catedral británica ubicada a 60 kilómetros de Londres.
“La acogida del obispo británico (Paul James Mason) fue excelente, de cordialidad, de entusiasmo, de cariño, (…) siempre una gran
disponibilidad”, contó a Aleteia el Obispo castrense de la Argentina Santiago Olivera. Y enmarcó el acontecimiento histórico vivido: “Desde el origen la Virgen María fue madre de pueblos hermanos. Nos ayudó a experimentarnos así, cercanos. Este es el camino de encuentro, el camino de la paz, si queremos lograr convivencias fraternas entre los estados, entre los países, para que haya un mundo realmente en paz”, explicó.
De regreso a la Argentina, a donde llegará el domingo 3 y será recibida de inmediato con una Eucaristía en la Basílica de Luján presidida por el presidente del Episcopado Argentino Oscar Ojea, la Virgen “se convertirá en imagen peregrina por nuestro país, por las diócesis, por nuestros lugares que hace a propiamente castrense, pero que toca a las fibras tan importantes de nuestro pueblo argentino”, explicó monseñor Olivera.
“En la guerra sabemos que siempre perdemos todos, pero aquí ganamos una mirada sobrenatural y una presencia de María que nos invita una vez más a hacer lo que Jesús nos dice”, completó.
En medio de la lluvia y bajo un cielo gris, Francisco ha continuado el ciclo de catequesis sobre el libro de los Hechos de los Apóstoles y, esta vez, comentó, la narración de la llegada de Pablo a la ciudad de Filipos, colonia romana de la Macedonia (Hechos 16: 9), y por tanto, la entrada del Evangelio en Europa (Hechos 16, 9-10).
El Pontífice señaló en primer lugar, el bautismo de Lidia, una mujer creyente a la que el Señor por obra del Espíritu le abrió el corazón para que aceptara la enseñanza de Pablo.
“Una vez que el corazón de Lidia se abrió, pudo acoger a Cristo mediante el bautismo, junto a toda su familia, y abrió su casa a los demás Apóstoles”.
El Papa explicó que esta hospitalidad de Lidia nos recuerda la acogida y el servicio que caracterizaban a las mujeres que acompañaban a Jesús y a los Apóstoles. “Gracias a esta acogida femenina florecieron las domus ecclesiae, las iglesias domésticas, entre los primeros cristianos”.
En segundo lugar, rememoró a Pablo y Silas, que fueron denunciados por los dueños de una esclava que tenía un espíritu de adivinación y les procuraba muchos beneficios, y a la que los Apóstoles liberaron con un exorcismo.
Los dueños ganaban mucho dinero explotando la esclava y llevaron ante un magistrado a Pablo. El Papa comentó que también hoy la gente paga los servicios de adivinos:
“En mi diócesis, yo recuerdo que en un parque muy grande habían más de 60 mesitas donde sentados estaban los adivinadores y las adivinadoras, ellos leían la mano y la gente creía a estas cosas y pagaban”.
Francisco argumentó que Dios escucha las oraciones e invitó a no resignarse al mal. “Pablo y Silas, en la cárcel, en vez de lamentarse, alababan a Dios y Él los salvó mediante un terremoto que sacudió la prisión y rompió las cadenas que los ataban”.
Y, por último, describió, “la conversión y el bautismo del carcelero y de toda su familia. En medio de la noche, él creyó en el Señor Jesús, junto a toda su familia, acogió a los apóstoles en su casa, les lavó las heridas y recibió el Bautismo. Después, lleno de alegría por haber creído en Dios preparó la mesa y celebraron una fiesta. Un momento de consolación”.
“En medio de la noche, para el carcelero y su familia brilló la luz de Cristo, se rompieron las cadenas del corazón y experimentaron una alegría indescriptible”, añadió.
Así, expresó, “el Espíritu Santo realiza su misión, desde el inicio, desde Pentecostés hasta ahora, es Él protagonista de la misión y nos lleva hacia adelante. Se necesita ser fiel a la vocación que el Espíritu nos mueve a practicar para llevar el Evangelio”.
Por último, saludó a los peregrinos. “Pidamos al Espíritu Santo que nos dé un corazón abierto a Dios y acogedor con los demás, con una fe audaz capaz de romper las cadenas que nos oprimen a nosotros y a los demás. Que Dios los bendiga”.
Luego, el Papa hizo un llamamiento a la situación en Irak, expresando sus condolencias por las víctimas de las protestas en el país.
Asimismo, invitó a las autoridades de la nación a escuchar el grito del pueblo que exige una vida digna. Al mismo tiempo, exhortó a la Comunidad Internacional a no dejar sólo al pueblo de Irak que ha sufrido tanto por la guerra y la violencia.
La audiencia general concluyó con el canto del Padre Nuestro en latín (Pater Noster) y la bendición apostólica.
Tomás Alvira fue uno de los jóvenes que cruzaron a pie los Pirineos con san Josemaría Escrivá durante la Guerra Civil española, huyendo de la persecución anticatólica para escapar a una zona donde podían practicar su fe con libertad.
En 1939, Tomás se casó con Paquita Domínguez, y juntos buscaron vivir su vocación matrimonial al máximo. Tenían nueve hijos y los tenían en alta estima quienes los conocieron, por su ejemplo de amor y generosidad. Su causa de canonización se abrió en 2009.
A continuación, su hijo Rafael Alvira describe siete maneras como sus padres cuidaron su matrimonio y educaron a sus hijos a través de su ejemplo.
Esta lista de consejos para parejas casadas está adaptada de una charla que él dio en la Universidad de Piura en Lima, Perú.
Mis padres perseveraron en su afán de amarse hasta el final de sus vidas. Una amiga de una de mis hermanas le dijo que tenía envidia de mis padres, porque los veía caminando por la calle y podía decir que todavía se amaban como cuando estaban saliendo. A medida que pasaron los años, mis padres tenían el mismo entusiasmo que tenían el día en que se casaron, y su amor siempre aumentaba.
Tenían una gran capacidad para estar atentos a los demás. Por ejemplo, ambos me abrían la puerta cuando llegaba. Mi madre daba un beso a cada uno de sus hijos cuando llegábamos a casa. Lo veíamos como algo normal.
Mis padres estaban convencidos de que el factor decisivo en la educación es el ambiente en el que se desarrolla, y que la mejor pedagogía es indirecta. El buen ejemplo que nos dieron fue muy influyente. Así nos transmitieron la fe. Por ejemplo, iban a misa y los veaíamos participar con una devoción que nos dejó una marca. Nos mostraron lo que significa el amor de Dios al ganarnos con afecto; se sacrificaron sin decir nada para ayudarnos. Y su espíritu era contagioso.
Ambos nos animaron a amarnos mucho como hermanos y hermanas. Esto es algo que sigue siendo cierto hoy. Tengo un hermano y seis hermanas (mi hermano mayor murió cuando tenía 5 años).
Mis dos padres tenían un corazón muy grande. Tener gran un corazón no es tan fácil. A mi padre le costaba mucho corregir a cualquiera de sus hijos, pero se dio cuenta de que si no lo hacía, nos haría daño. Nos corrigió sin ofendernos. Para realmente amar, tienes que tener un corazón. Y lo mismo sucedió con los alumnos de mi padre. Se dieron cuenta de que los amaba; se sentían amados y estaban agradecidos.
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Mis padres tenían muchos amigos de la familia, y nos convertimos en parte de estas familias. También invitaron mucho a nuestros amigos a nuestra casa. Conocían a todos nuestros amigos. Los trajeron a nuestra casa y les permitieron experimentar nuestro ambiente familiar. No es suficiente con que los padres críen bien a sus hijos: también necesitan conocer a los amigos de sus hijos. De lo contrario, la buena educación que dan puede verse arruinada por las malas amistades que hacen los niños.
Mis padres siempre tuvieron un gran respeto por nuestra libertad. Nunca nos presionaron a tomar una decisión específica. Por ejemplo, en casa mis padres rezaban el Rosario todos los días. Pero nunca nos obligaron a rezar con ellos. Lo rezaron atentamente y, aunque nos invitaron a unirnos a ellos, nunca nos lo impusieron ni insistieron en que participáramos.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=37&v=JeUFTU7I_N4
Sobre el primer tema ACN subrayó que ha comenzado “la cuenta atrás” de la desaparición de todo vestigio cristiano en pueblos y ciudades de Oriente Medio ya que a pesar de la (supuesta) derrota del llamado Estado Islámico (ISIS), “el impacto del genocidio ha provocado un descenso de fieles” en Irak, por ejemplo (que de los 1.5 millones que había en 2003, solo quedan entre 120 y 150.000; y en Siria ha menguado el número en dos tercios desde 2011 a la fecha).
El informe de ACN también señala que la persecución de los cristianos ha empeorado más en el sur y el este de Asia, y contabiliza 477 incidentes anticristianos en 2017 en India.
En esa misma región, 300 personas murieron y más de 500 resultaron heridas en Sri Lanka el Domingo de Pascua de 2019, cuando los yihadistas perpetraron atentados de bomba en varios sitios, incluidas tres iglesias.
En esto último coincide otro informe, este del Gobierno de Gran Bretaña en el sentido que la libertad religiosa, especialmente el hostigamiento en contra de los cristianos, “ha empeorado en primera mitad de 2019”.
El informe de la Oficina de Asuntos Exteriores sobre Derechos Humanos del gobierno británico señaló el empeoramiento de las violaciones a la libertad religiosa en varios de los treinta países considerados como “prioritarios” en lo que respecta a los derechos humanos.
Coincidiendo con el panorama relatado por ACN, el estudio de Gran Bretaña destaca la grave situación de Pakistán, país donde “sigue siendo muy desafiante y profundamente preocupante, con intolerancia, violencia y discriminación generalizadas” en contra de las minorías religiosas, incluyendo a los cristianos.
La lista entregada por el gobierno británico incluye a países de la región asiática como Myanmar, China, Afganistán y Turkmenistán, mientras que ACN también recuerda os ataques en Filipinas, mismos que “muestran que ahora hay una trinidad profana de amenazas que enfrentan los cristianos en el sur y el este de Asia: extremismo islámico, nacionalismo populista y regímenes autoritarios”.
Pero Asia no es una excepción. Según señala ACN, “en todo el mundo, los cristianos son un blanco favorito para los extremistas militantes violentos que operan sin límites y que perciben a los cristianos locales como una alternativa legítima a un ataque directo en Occidente”.
El submarino había sido un pilar de su vida, pero durante los meses de angustia cuando no se podía dar con el paradero del submarino no había abierto la boca en público. Sin embargo, dos años después, puso en marcha un homenaje que llevará el nombre de sus colegas a la cima de América, al Monte Aconcagua.
Será la tercera escalada de Tibaldi, de 64 años, al Aconcagua, cuyo pico más alto alcanza los 6,962 metros de altura. Pero adicionalmente, previo a la subida, se encuentra uniendo Mar del Plata, puerto en el que tenía base el ARA San Juan y Mendoza. Son 1600 kilómetros que se propuso unir corriendo o caminando a un ritmo aproximado de 25 kilómetros por día, difundiendo en escuelas, universidades y lugares en los que se lo convoque la memoria de los fallecidos y la actividad del submarino en el cuidado y la conservación de los océanos y los intereses marítimos nacionales.
Además, buscará con la difusión del homenaje recaudar fondos para la construcción de un memorial de los marinos que será emplazado en la Escollera Norte de la ciudad balnearia. Se trata de un memorial con forma de submarino en granito que tendrá una placa con los nombres de los 44 tripulantes.
La travesía deportiva no es nueva para Tibaldi, cuyo currículo deportivo señala, primero que todo, 12 años de pertenencia al Movimiento Scout Argentino. Ha corrido maratones, ultramaratones, triatlones, competencias ironman, entre otras.
La partida tuvo lugar el 26 de octubre, dos años después de la última zarpada del ARA San Juan desde la Base de Mar del Plata, y tras cuatro meses de entrenamiento y preparación, similar a lo que hubiese dedicado a una ultramaratón. Familiares de algunos de los tripulantes fallecidos cuyos nombres Tibaldi llevará hasta la cima de América, amigos, compañeros de fuerza, y autoridades de la base participaron del acto, durante el cual un sacerdote bendijo la bandera con los nombres que izará en la cima del Aconcagua. La proyección es arribar a Mendoza a fin de año, para proyectar un primer intento de cumbre el 19 de enero, aproximadamente.
El submarino ARA San Juan fue encontrado el 16 de noviembre de 2018, a unos 900 metros de profundidad, un año después de su desaparición. Se presume que habría sufrido una implosión. La travesía de Tibaldi, que lleva el lema “desde su muelle a lo más alto de la patria”, busca honrar y perpetuar la memoria de sus 44 tripulantes, considerados unánimemente -cosa extraña en un país agrietado- auténticos héroes.
Para seguir el día a día de la expedición de Tibaldi puede visitarse la página http://www.expedicionhomenaje44.com.
Apenas quince lienzos se conservan de la pintora renacentista Barbara Longhi. Una artista de cuya vida se desconoce prácticamente todo pero cuya obra es custodiada en la actualidad por algunas de las principales pinacotecas del mundo.
Nacida en Rávena el 21 de septiembre de 1552, la vida de Barbara Longhi giró alrededor del arte. Su larga existencia, vivió hasta los ochenta y seis años, algo muy poco habitual en su época, la dedicó a la pintura. Aprendió los entresijos de los lienzos, las paletas y los pinceles de la mano de su propio padre, el maestro pintor Luca Longhi. Barbara siguió la estela de su padre, reconocido pintor que retrató a los grandes personajes de su tiempo, entre ellos varios obispos y cardenales, y centró sus cuadros en escenas religiosas. Junto a ellos, Francesco Longhi compartió el conocimiento artístico en el taller familiar. Además de sus familiares artistas, nombres como Raphael, Correggio o Parmigianino fueron algunos de los grandes pintores que influyeron en la obra de Barbara Longhi.
Además de alumna de Luca, Barbara fue también modelo en algunos de sus cuadros. Su rostro aparece como Santa Bárbara en el cuadro Madonna entronizada con santos y podría ser también una de las invitadas en Las bodas de Caná.
Se sabe que Barbara pintó retratos como su padre, aunque solamente se ha conservado uno, Monje Camaldulense, hoy en el Museo de Arte de Rávena. De los quince lienzos identificados como obra de Barbara Longhi, doce son pequeños cuadros representando a la Virgen con el Niño. Lienzos pensados para la devoción personal enmarcados en una época histórica, la de la Contrarreforma, en la que muchos pintores católicos se pusieron al servicio de la fe.
Tanto Barbara como su padre siguieron los dictados del Concilio de Trento que, ante la reacción protestante a rechazar las imágenes religiosas, potenció la recreación de pasajes bíblicos y de sus principales protagonistas, dando especial relevancia a la Virgen María.
Barbara también se pintó a sí misma representando a Santa Catalina de Alejandría en un hermoso autorretrato custodiado también por el Museo de Arte de Rávena. Su fama fue limitada a su Rávena natal pero el gran pintor e historiador Giorgio Vasari incluyó su nombre en su magna obra de artistas ilustres.
La pintora renacentista que evolucionó hacia el manierismo permaneció toda su vida en la ciudad que la vio nacer, aprendiendo en el taller familiar, copiando la obra de su padre y ayudando en la realización de grandes pinturas religiosas. Cuando falleció Luca Longhi, Barbara continuó pintando pero se desconoce si llegó a formar su propia familia o algún otro detalle de su vida privada.
El hecho de que trabajara durante tantos años en el taller familiar y que muchas de sus obras no las firmara, hizo que muchos cuadros suyos fueran atribuidos a su padre. Después de su muerte, el 23 de diciembre de 1638, su nombre permaneció oculto hasta que, poco a poco, se le fueron atribuyendo las hermosas obras en las que recrea con gran delicadeza el amor entre María y su Hijo. Obras que custodian museos como el Louvre de París, pinacotecas americanas como el Walters Art Museum de Baltimore o el Indianapolis Museum of Art o museos italianos como el de Rávena o la Pinacoteca Nazionale de Bolonia.
¿Quién decide lo que está bien y lo que está mal? ¿La mayoría? ¿Aquellos que tienen el poder y los medios de comunicación? ¿Hay verdades absolutas que valen para todos y siempre? ¿O todo es relativo y todo vale? ¿Quién decide lo que es gracioso y lo que no lo es? ¿Quién marca la moda a seguir, los hábitos que tengo que asumir como míos?
¿A quién sigo, quién es mi modelo, quién mi líder? ¿Qué caminos son los que quiero recorrer? ¿Qué verdades las que amo con todas mis fuerzas, como rocas inamovibles? ¿Tengo principios sólidos anclados en el alma o todo depende del color con el que mire las cosas?
Son preguntas que quedan suspendidas en el aire esperando una respuesta. ¿Quién me da la respuesta?
Me conmueve la violencia desproporcionada. Los gritos, los actos vandálicos, los gestos de odio y rabia. ¿Cómo llega a brotar el odio en la mirada?
Nadie nace odiando. Más bien diría que los hombres nacen con una predisposición natural hacia el amor. Besan y buscan los besos de su madre. Quieren ser amados.
Lo malo es cuando en lugar de besos reciben violencia. En lugar de amor odio y desprecio. En lugar de comprensión indiferencia. En lugar de paz ira. Y el amor esperado se torna vacío.
El alma herida que ha sufrido el abandono busca culpables. ¿Quiénes son los culpables de mis propias heridas? Siempre hay alguien en mi alma al que perdonar.
Me hirieron incluso sin ellos quererlo. Sin que yo mismo supiera. Pero luego noto el dolor de la herida y brota de mi alma el odio.
¿Qué hago con el odio que siento? ¿Cómo logro transformarlo en amor? Puedo esperar a que se enfríe. Y vive en mí un odio frío que clama venganza.
O puedo elegir el otro camino y perdonar. Le pido a Dios que me enseñe a amar no habiendo sido amado por los míos, por los que yo quería que me amaran.
He recibido a cambio desprecio, odio, indiferencia. Y mi alma se ha llenado de una rabia contenida dispuesta a estallar. Sobre todo, cuando veo que las cosas no están bien.
La desigualdad social, la discriminación, la injusticia, la indiferencia ante el pobre que pide ante mi puerta, los que viven sin hogar donde reclinar su cabeza, los que no pueden acceder a una sanidad que salve sus vidas en la enfermedad, los que no tienen tiempo ni dinero para descansar, para ir de viaje.
Mi indiferencia ante la desigualdad agrava el resentimiento. Y me pregunto sorprendido de dónde viene tanto odio. Nació muy lentamente, bajo la piel, sin que yo me diera cuenta. Como esa semilla que envenena el alma.
El protagonista de una película decía: “Sólo espero que mi muerte tenga más sentido que mi vida”. Y lo decía después de haber llevado una vida miserable. Sin un solo momento de felicidad como él mismo confiesa.
He hecho acepción de personas. He mirado con desprecio al que no tiene, al que pide, al que roba. Y el odio se ha ido acumulando en su pecho. Esperando una chispa que incendie el mundo con su ira, con su rabia contenida.
¿Cómo no me he dado cuenta antes?, me pregunto mientras consiento con mi pasividad que aumenten la desigualdad, las diferencias, la injusticia.
¿Quién determina lo que es justo y lo que no lo es? Miro a Dios conmovido. ¡Cuánto odio grita con rabia a mi alrededor! Escucho la palabra de Dios:
“El Señor es juez, y para Él no cuenta el prestigio de las personas. Para Él no hay acepción de personas en perjuicio del pobre, sino que escucha la oración del oprimido. No desdeña la súplica del huérfano, ni a la viuda cuando se desahoga en su lamento. Quien sirve de buena gana, es bien aceptado, y su plegaria sube hasta las nubes. La oración del humilde atraviesa las nubes, y no se detiene hasta que alcanza su destino. No desiste hasta que el Altísimo lo atiende, juzga a los justos y les hace justicia. El Señor no tardará”.
La justicia de Dios no tardará. Yo creo en el poder de Dios para decidir lo que está bien y lo que está mal. Lo que es verdadero, justo y bueno. Lo que viene del amor.
Hay tantas cosas que tengo que cambiar en mi vida para que cambie el mundo… Creo en esas verdades que se mantienen en el tiempo y para todos. Esa verdad que viene de Dios que me ha creado para el amor, no para el odio. Para la comunión, no para la división. Para la misericordia, no para el desprecio.
La ira brota del corazón que ha sido herido. Y Jesús quiere que yo cambie este mundo. Que en lugar de herir, sane. Que en lugar de guerra, lleve yo la paz a los corazones que odian.
Que ponga yo justicia en la injusticia. Y refleje con mi vida un mundo nuevo, un amor hondo, una vida verdadera en la que todo puede ser diferente.
Yo puedo cambiar este mundo enfermo cambiando antes mi corazón enfermo. Vuelvo la mirada a Dios y le suplico que tenga misericordia de mí. Porque no lo he visto antes. Porque he vivido como si no existiera la injusticia a mi alrededor. Y existe.
Y luego me sorprende la violencia y me indigno contra aquellos que la promueven, o la canalizan bajo el nombre de una causa justa. Y me da pena tanto dolor provocado por el odio. Es verdad.
Pero quizás es que yo no me he dado cuenta antes. He hecho acepción de personas. No he tratado a todos por igual. He pasado por delante del que sufre sin detener mis pasos. He hecho más profunda la brecha de la injusticia.
No he socorrido al enfermo, al que estaba solo, al débil. No he respondido con bondad al que requería un minuto de mi tiempo. No he sido justo en mi trato.
Me he aprovechado de mi poder abusando del mismo. ¿Me sorprende la violencia? Las causas son más hondas. Necesito cambiar yo para que cambie mi mundo. Necesito ser yo signo de la misericordia para que muchos acaricien la misericordia.
Creo que hay un bien y un mal. Creo que hay cosas justas y otras injustas. Creo que el bien es más fuerte que el mal. Y el amor vence el odio. Creo en la comunión y en la paz. Y creo que Dios puede cambiarme para cambiar este mundo que necesita su amor.