febrero 2014
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3:48 a.m.

Los obispos deben ser kerigmáticos, hombres de oración, pacientes, testigos del Resucitado y pastores. Estas son algunas de las indicaciones que el Santo Padre ha dado en su largo discurso a la Congregación de los obispos, a quienes ha recibido en la mañana del 27 de febrero en la Sala Bolonia del Palacio Apostólico Vaticano.

El papel del Espíritu Santo



En primer lugar les ha hablado de la labor y la misión de la Congregación, que "existe para asegurarse que el nombre de quien es elegido haya sido primero pronunciado por el Señor", un trabajo muy importante porque deben "identificar a aquellos que el mismo Espíritu Santo pone a la guía de su Iglesia".




Y es que el Pueblo Santo de Dios habla y dice que "necesitamos uno que nos supervise desde arriba, necesitamos uno que nos mire con la amplitud del corazón de Dios, no necesitamos un manager, un administrador delegado de una empresa", ha indicado Francisco.




"Necesitamos uno que sepa alzarse a la altura de la mirada de Dios sobre nosotros para mirarnos hacia Él. Solo en la mirada de Dios está el futuro para nosotros".




Por eso el Pontífice les ha recordado que la gente "recorre con fatiga la llanura de lo cotidiano y necesita ser guiada por quien es capaz de ver las cosas de lo alto".




No hay un pastor estándar



Asimismo ha indicado que "no existe un pastor estándar para todas las Iglesias. Cristo conoce la singularidad del pastor que cada Iglesia requiere para que responda a sus necesidades y la ayude a realizar sus potencialidades".




Francisco ha advertido que "no podemos contentarnos con las medidas bajas. Debemos alzarnos más allá y por encima de nuestras eventuales preferencias, simpatías, pertenencias o tendencias para entrar en la amplitud del horizonte de Dios".




A continuación, el Santo Padre, agradeciendo la labor a todos y cada uno de los miembros de la Congregación, ha afirmado que su trabajo no puede ser otro que ese "humilde, silencioso y laborioso proceso dirigido bajo la luz que viene de lo alto. Profesionalidad, servicio y santidad de vida: si nos desviamos de este trinomio decaemos de la grandeza a la que estamos llamados".




¿Y dónde encontramos esta luz?, ha preguntado el Papa.




El mañana de la Iglesia - ha indicado - habita siempre en sus orígenes. Por eso, les ha invitado a hacer memoria y "visitar" la Iglesia apostólica para buscar algunos criterios.




Una sucesión, de los apóstoles a los obispos



El Colegio episcopal sucede al Colegio apostólico, ha recordado, y "el mundo necesita saber que existe esta Sucesión interrumpida". Asimismo, ha afirmado que "las personas ya conocen con sufrimiento la experiencia de muchas rupturas: necesitan encontrar en la Iglesia esa permanecer indeleble de la gracia del principio".




Al dar las pautas sobre cómo debe ser un obispo, Francisco ha indicado que "es necesario seleccionar entre los seguidores de Jesús los testigos del Resucitado", y de aquí deriva el criterio esencial.




El obispo es aquel que "sabe hacer actual todo cuanto le ha sucedido a Jesús y sobre todo sabe, junto con la Iglesia, hacerse testigo de su Resurrección".




Del mismo modo ha subrayado que "la valentía de morir, la generosidad de ofrecer la propia vida y de consumirse por el rebaño están inscritos en el ADN del episcopado".




Por ello, "la renuncia y el sacrificio son connaturales a la misión episcopal". El Papa ha afirmado que "el episcopado no es para sí sino para la Iglesia, para el rebaño, para los otros, sobre todo para aquellos que según el mundo son descartados". Del mismo modo ha explicado que el perfil de un obispo "no es la suma algebraica de sus virtudes".




Siempre es imprescindible - ha advertido - asegurar la soberanía de Dios. "Las decisiones no pueden estar condicionadas por nuestras pretensiones, por eventuales grupos, camarillas o hegemonías", ha propuesto. Y para garantizar la soberanía existen dos actitudes fundamentales: "la propia conciencia ante Dios y la colegialidad".




Francisco ha hablado de obispos kerigmáticos, "ya que la fe viene del anuncio". Los ha definido como "hombres que hagan accesible ese ´para vosotros´ del que habla san Pablo. Hombres custodios de la doctrina no para medir cuánto el mundo viva distante de la verdad que ésta contiene, sino para fascinar al mundo, para encantarlo con la belleza del amor, para seducirlo con la oferta de la libertad donada por el Evangelio".




Así como "obispos conscientes que también cuando sea de noche y el cansancio del día les encontrará cansados, en el campo las semillas están germinando".




Lo importante es sembrar bien



Francisco ha querido subrayar también la cualidad de la paciencia. "Es necesario por tanto esforzarse más bien en la preparación del terreno, en la grandeza de la siembra. Actuar como sembradores confiados, evitando el miedo de quien se engaña pensando que la recogida depende solo de sí, o la actitud desesperada de los escolares que, al no haber hecho sus deberes, gritan que ya no hay nada que hacer".




El obispo debe ser un hombre de oración, ha explicado a continuación Francisco. "La misma parresia que debe tener en el anuncio de la Palabra, debe tenerla en la oración, tratando con Dios nuestro Señor el bien de su pueblo, la salvación de su pueblo".




El Obispo de Roma ha señalado que "un hombre que no tiene la valentía de discutir con Dios a favor de su pueblo no puede ser obispo - esto lo digo desde el corazón, estoy convencido -, y tampoco aquel que no es capaz de asumir la misión de llevar al pueblo de Dios al lugar que Él, el Señor, le indica".




El obispo - explica el Santo Padre - debe ser capaz de "entrar en paciencia" delante de Dios, mirando y dejándose mirar, buscando y dejándose buscar, encontrando y dejándose encontrar". Francisco recuerda que "¡muchas veces durmiéndose delante del Señor, pero esto es bueno, hace bien!"




Finalmente el Papa ha hablado de obispos pastores. Recordando su discurso a los representantes pontificios cuando dio el perfil a los candidatos al episcopado, ha confirmado que la Iglesia necesita pastores auténticos. Por ello el Papa ha querido profundizar sobre el perfil de pastores.




San Pablo, en el único discurso pronunciado por él en los Hechos de los Apóstoles dirigido a los cristianos, confía a los pastores de la Iglesia "a la Palabra de la gracia que tiene en poder de edificar y de conceder la herencia".




Por lo tanto - ha subrayado - "no dueños de la Palabra, sino entregados a ella, siervos de la Palabra". Solo así "es posible edificar y obtener la herencia de los santos", ha advertido el Santo Padre.




Recuerda Francisco que l Concilio Vaticano II afirma que a los obispos ´se les confía plenamente el oficio pastoral, o sea el cuidado habitual y cotidiano de sus ovejas´. En nuestra época - ha obervado - lo habitual y lo cotidiano se asocian a menudo con la rutina y al aburrimiento.




Corazones mal anclados



"El rebaño necesita encontrar sitio en el corazón del Pastor. Si éste no está sólidamente anclado en sí mismo, en Cristo y en su Iglesia, estará continuamente a merced de las olas, en búsqueda de compensaciones efímeras y no ofrecerá al rebaño ningún refugio”, ha advertido el Papa. El rebaño necesita encontrar espacio en el corazón del Pastor, ha exhortado el Santo Padre.




En la conclusión de su largo y profundo discurso Francisco se ha preguntado "¿dónde podemos encontrar estos hombres? Y aunque afirma que no es fácil ha manifestado que está "seguro de que los hay porque el Señor no abandona a su Iglesia. Quizás somos nosotros los que no vamos bastante a los campos para buscarlos”.







3:15 a.m.

Conforme pasa el tiempo los análisis eclesiales acerca de la relación fe-cultura van confirmando un desinterés cada vez más grande del hombre de hoy por el Evangelio anunciado por la Iglesia. Ante esta situación, por parte de la Iglesia ha habido pocas respuestas y pocas novedades.

Después de que el Concilio señaló algunas causas y algunos caminos para la renovación, al final lo que ha sucedido es que se han echado balones fuera y nos hemos desgastado denunciando y demonizando a la cultura actual. Esto ha aumentado la desconfianza y el descrédito por parte del hombre actual hacia el Evangelio. Las pequeñas conquistas de los nuevos movimientos han centrado toda la atención pastoral en esos pequeños frutos, pero descuidando el amplio campo donde está la mayoría del rebaño perdido. Dentro de este panorama, la Providencia ha dado a la Iglesia un Papa que comienza proponiendo una serie de ideas que a todos nos deberían hacer pensar qué estamos haciendo.




Cuando Francisco habla de evangelización se detiene en tres sectores amplios: la comunidad ya establecida que necesita ser acompañada y alimentada; los bautizados alejados de la Iglesia; y los que no conocen o rechazan el Evangelio. Muchos agentes de pastoral, a la cabeza de obispos y sacerdotes, habrán sonrojado comprobando que después de muchos años de planes pastorales en pocas ocasiones han logrado contactar con el hombre de hoy, especialmente el que vive su vida cotidiana sin Dios, aquél que no se acerca a la Iglesia y vive aparentemente como si no necesitara de Dios, el que sufre en silencio y no confía en que su párroco o su comunidad eclesial tengan una respuesta para él. Así lo expresa Francisco: “La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo” (EG 24).




Pero ante todo, la primera perspectiva para la renovación eclesial está en una verdad que anuncian al unísono los dos pontífices: “La ALEGRÍA DEL EVANGELIO llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (EG 1). Benedicto XVI lo expresa así: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona” (DCE 1). Tenemos que recuperar la esencia de nuestro anuncio. ¿Dónde hemos puesto el acento en nuestras acciones pastorales, con muy buenas intenciones, pero ayunas de riqueza transcendente y hondura? Digamos claramente que lo más importante de nuestro anuncio es una ALEGRÍA que está llamada a LLENAR EL CORAZÓN DEL HOMBRE. Hay que atreverse a acercarse a los hombres, y hacerlo en los momentos oportunos, en la manera adecuada, no cuando nosotros queramos o nos apetezca porque hemos hecho un plan de pastoral. Esto es absurdo y teatral. Cuando es el momento para esa persona, para esa familia, para ese colectivo, entonces va uno y se hace presente, y con él el Evangelio de la cercanía, hace presente, con su misma persona, la atención y delicadeza de Dios, su ternura, su comprensión, su amor. Es vivir cerca de los hombres, preocuparse de ellos, amarlos como Dios mismo los ama.




¿Creéis que alguien se puede resistir, en el momento adecuado, a quien le anuncie: “tu vida, tu sinsentido, va a terminar: hay una noticia que te va a llenar el corazón de alegría”. En definitiva, el Evangelio tiene que ser llevado al hombre como la alegría que va a colmar su corazón muchas veces vacío o herido. Todos buscamos esa alegría que sólo Dios puede dar, pero para darla primero tiene que confiar en ella el que la tiene que anunciar.




Después del anuncio, o con él, es normal que nos pregunten: ¿Y cuál es motivo o la razón de esa alegría que va a llenar mi corazón? El Papa contesta: “La alegría nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo (…) como una secreta pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias” (EG 6). Dando un paso más, necesitamos saber quién es esa persona que de ese modo tan singular nos va a amar siempre y más allá de todo. El mismo Francisco lo aclara: “Sólo gracias a ese encuentro -o reencuentro- con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad” (EG 8). Podemos reconducir el núcleo más esencial del evangelio que tenemos que anunciar en este hecho: Dios me quiere, soy importante para Él, jamás dejará de amarme de un modo singular y particular, ahora y siempre me querrá; Dios no se cansa de perdonarme, nunca dejará de hacerlo (EG 3). Pero no podemos convertir esta verdad de hecho en una mera consabida frase que a todos suena, pero hueca.




Resaltemos que el Papa dice que se trata de un encuentro o reencuentro con el amor de Dios que se convierte en feliz amistad. La fe, tanto del que evangeliza como el que es evangelizado, que no cuaja en una feliz amistad no es una fe en camino de crecimiento. Le falta la base principal: la relación personal con Dios. Somos muchos agentes de pastoral dando tumbos en nuestras diócesis, haciendo mucho ruido, siendo muy creativos pero las cosas no van por ahí. La fe que no se nutre de este encuentro personal cotidiano acaba haciendo de la evangelización un conjunto de acciones muy bien programadas pero ayunas de vida interior.







12:29 a.m.

La Santa Sede participará en la Expo de Milán de 2015 que tendrá como tema general: “Nutrir el Planeta, Energía para la Vida”.

Para explicar el Protocolo de esta participación en la mañana del 27 de febrero ha sido presentado a los periodistas en la Sala de Prensa del Vaticano de manos del cardenal Gianfranco Ravasi, Comisario General de la Santa Sede para la Expo de Milán de 2015, y Giuseppe Sala, Comisario Delegado Único del Gobierno italiano para dicho evento.




Ambos han sido los encargados de firmar el Protocolo esa misma mañana en la Sala Regia del Palacio Apostólico Vaticano.




En la Exposición Universal, que se abrirá el 1 de mayo de 2015 y concluirá el 31 de octubre, participarán 140 países con sus respectivos pabellones.




El tema del Pabellón de la Santa Sede será: “Not by bread alone - No sólo de pan ” cuyo objetivo es “evidenciar sobre todo la dimensión interior, religiosa y cultural que no sólo atañe a la persona, sino también a sus relaciones en todos los niveles”.







El purpurado ha destacado durante el briefing informativo de esta mañana que "la nutrición interior es tan necesaria como aquella que responde a las necesidades más inmediatas”.




Desde el valor universal de compartir y de la solidaridad, hasta la protección de los recursos de la Tierra que no se deben desperdiciar o saquear, el Pabellón de la Santa Sede promoverá una profunda reflexión sobre el concepto de “alimento”, analizada en 4 ámbitos.




1-“Un jardín que preservar”



Sobre la protección de la creación, con todos sus recursos, un don concedido por el Creador para toda la humanidad, un bien que no debe ser desperdiciado ni destruido.




2-“Una comida para compartir”.



Basado en el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes como imagen-guía de este marco, que hace hincapié en el valor universal de compartir y en la solidaridad, expresada en el ámbito cristiano por muchas instituciones que han utilizado este mandamiento del amor fraterno;




3-“Una comida que educa”.



La importancia del campo educacional para la formación de las nuevas generaciones en una cultura de relación humana centrada en lo esencial y no en un despilfarro consumista (de las cosas como de las personas).




4-“Un pan que hace presente a Dios en el mundo”.



Aborda la dimensión específicamente religiosa y cristiana de la Eucaristía, la mesa de la Palabra y el Pan de la Vida, “fuente y cumbre” de toda la existencia cristiana.







5:30 p.m.

En su homilía matinal del jueves en la Casa de Santa Marta el Papa Francisco empleó palabras fuertes inspirándose en la Confirmación administrada durante la Misa.

Quien recibe este Sacramento – afirmó el Santo Padre – “manifiesta su deseo de ser cristiano. Ser cristiano significa dar testimonio de Jesucristo”, es una persona que “piensa como cristiano, siente como cristiano y actúa como cristiano. Y ésta es la coherencia de vida de un cristiano”.




Alguien – observó – puede decir que tiene fe, “pero si carece de una de estas cosas, no existe en él lo cristiano”, “es algo que no funciona, hay una cierta incoherencia”. Y los cristianos “que viven en la incoherencia, hacen mucho daño”:




“Hemos escuchado lo que el apóstol Santiago dice a algunos incoherentes, que presumían de ser cristianos, pero explotaban a sus empleados, y les dijo: ‘Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo’. El Señor es fuerte. Si alguno escucha esto, puede pensar: ‘¡Eso lo ha dicho un comunista!’. ¡No, no, lo ha dicho el apóstol Santiago! Es la Palabra del Señor. Es la incoherencia. Y cuando la coherencia cristiana no existe y se vive con esta incoherencia, se produce escándalo. Y los cristianos que no son coherentes hacen mucho escándalo”.




“Jesús – prosiguió el Pontífice – habla con mucha fuerza contra el escándalo: ‘Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar’. Un cristiano incoherente hace tanto daño” y “el escándalo mata”.




“Muchas veces – agregó el Obispo de Roma - hemos escuchado: ‘Pero padre, yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, porque ustedes cristianos dicen una cosa y hacen otra’”. O también: “Yo creo en Dios, pero no en ti”. “Esa es la incoherencia”:




“Si te encuentras ante – ¡imaginemos! – ante un ateo y éste te dice que no cree en Dios, tú puedes leerle una biblioteca entera, donde está escrito que Dios existe y también puedes probar que Dios existe, y el ateo no tendrá fe. Pero si delante de este ateo das testimonio de coherencia de vida cristiana, algo comenzará a moverse en su corazón. Será precisamente tu testimonio lo que lo llevará a esa inquietud sobre la que el Espíritu Santo obra. Es una gracia que todos nosotros, toda la Iglesia debe pedir: ‘Señor, que seamos coherentes’”.




Entonces, concluyó Francisco, es necesario rezar, “porque para vivir en la coherencia cristiana es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios y debemos pedirla”: “¡Señor, que yo sea coherente! ¡Señor, que yo jamás escandalice, que yo sea una persona que piensa como cristiano, que sienta como cristiano, que actúe como cristiano!”. Y que cuando caigamos por nuestra debilidad, que pidamos perdón:




“Todos somos pecadores, todos, pero todos tenemos la capacidad de pedir perdón. ¡Y Él jamás se cansa de perdonar! Tener la humildad de pedir perdón: ‘Señor, no he sido coherente. ¡Perdón!’. Ir adelante en la vida con coherencia cristiana, con el testimonio de aquel que cree en Jesucristo, que sabe que es pecador, pero que tiene el coraje de pedir perdón cuando se equivoca y que tiene tanto miedo de escandalizar. Que el Señor de esta gracia a todos nosotros”.







4:45 p.m.

Guido Marini, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas pontificias hizo público el calendario de las celebraciones que el Santo Padre Francisco presidirá durante los meses de marzo y abril.

El 5 de marzo, Miércoles de Ceniza, el Papa presidirá en la Basílica de San Anselmo, a las 16.30 la Statio con la procesión penitencial y las 17.00 en la Basílica romana de Santa Sabina, celebrará la Santa Misa, con la bendición e imposición de las cenizas.




El 9 de marzo, I Domingo de Cuaresma, comenzarán, en la localidad de Ariccia, los ejercicios espirituales de la Curia Romana, que concluirán el viernes 14 de marzo.




El domingo 16 de marzo, a las 16.00, el Papa Francisco realizará una Visita pastoral a la Parroquia romana de Santa María de la Oración.




El viernes 28 de marzo, a las 17.00, en la Basílica Vaticana el Pontífice presidirá la Liturgia penitencial.




El domingo 6 de abril el Santo Padre Francisco realizará, a partir de las 16.00, una Visita pastoral a otra parroquia de su diócesis.




El 13 de abril, Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, a las 9.30 en la Plaza de San Pedro, el Papa celebrará la Santa Misa precedida por la procesión y bendición de las palmas.




El 17 de abril, Jueves Santo, el Papa Francisco celebrará en la Basílica de San Pedro, a las 9.30, la Santa Misa del Crisma.




Al día siguiente, 18 de abril, Viernes Santo, el Pontífice presidirá la celebración de la Pasión del Señor, a las 17.00 en la Basílica Vaticana.




Y a las 21.15 en el Coliseo de Roma, presidirá el Vía Crucis.




El 19 de abril, Sábado Santo, en la Basílica de San Pedro, a las 20.30 el Pontífice presidirá la Vigilia Pascual en la Noche Santa.




Al día siguiente, 20 de abril, Domingo de Pascua, a las 10.15 en la Plaza de San Pedro el Obispo de Roma celebrará la Santa Misa del día y a mediodía, desde el balcón central de la Basílica Vaticana, impartirá su Bendición “Urbi et Orbi”, es decir a la Ciudad y al mundo.




El 27 de abril, II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia, a las 10.00 en la Plaza de San Pedro el Papa Francisco celebrará la Misa y canonizará a los Beatos Papas Juan XXIII y Juan Pablo II.







4:15 p.m.

En su cordial bienvenida a los obispos amigos del Movimiento de los Focolares - reunidos sobre el tema «La reciprocidad del amor entre los discípulos de Cristo» - el Papa Francisco recordó la Carta Apostólica Novo millennio ineunte del Beato Juan Pablo II e hizo hincapié en la importancia de testimoniar el carisma de la unidad, también en el camino ecuménico y el diálogo interreligioso. Y alentándolos a atesorar la experiencia de esos encuentros, señaló la gran actualidad de este anhelo:

«La sociedad de hoy tiene una gran necesidad del testimonio de un estilo de vida que transparente la novedad que nos donó el Señor Jesús: hermanos que se quieren a pesar de las diferencias de carácter, proveniencia, edad... Este testimonio hace nacer el deseo de quedar envueltos en la gran parábola de comunión que es la Iglesia. Cuando una persona percibe que «la reciprocidad del amor entre los discípulos de Cristo» es posible y es capaz de transformar la cualidad de las relaciones interpersonales, se siente llamada a descubrir o a redescubrir a Cristo, se abre al encuentro con Él vivo y operante, se siente impulsada a salir de sí misma para ir al encuentro con los demás y difundir la esperanza que recibió como don».




Con palabras del Beato Juan Pablo II, en la Novo millennio ineunte , el Papa Bergoglio señaló que «Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo». y que «antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión, proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades». (n.43)




«’Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión’ es verdaderamente fundamental para la eficacia de todo compromiso en la evangelización, puesto que revela el anhelo profundo del Padre: que todos sus hijos vivan como hermanos; revela la voluntad del corazón de Cristo: que todos sean uno (Jn 17,21); revela el dinamismo del Espíritu Santo, su fuerza de atracción libre y liberadora. Cultivar la espiritualidad de comunión contribuye además a hacernos más capaces de vivir el camino ecuménico y el diálogo interreligioso».




El Santo Padre concluyó sus palabras deseando que el encuentro de los obispos amigos del Movimiento de los Focolares -fundado en los años 40 por Chiara Lubich en Italia y hoy extendido por todo el mundo- sea ocasión propicia para crecer en el espíritu de la colegialidad y para que el amor recíproco sea motivo de aliento y esperanza renovada. Con el anhelo de que la Virgen María los acompañe siempre y los sostenga en su ministerio, el Papa aseguró sus oraciones, confiando en las de ellos.







7:14 a.m.

El Gobierno andaluz ha lanzado una “oferta de diálogo” a la Iglesia, tras la polémica suscitada por la propiedad de la inigualable catedral de esta ciudad al sur de España.

La Iglesia, que mantiene desde hace 8 siglos la mezquita de Córdoba, convertida en catedral -[y de hecho antes de ser mezquita ya era un templo católico visigótico, nota de ReL]-, la inmatriculó en 2006 para pasar de la propiedad de hecho a la de derecho.




Por su parte la Junta de Andalucía, admite que está estudiando todas las posibilidades, “incluidas las jurídicas”, para realizar “la demanda ciudadana” apoyada por 80 mil firmas, de forma que ésta sea de patrimonio público, aunque la gestión le quede a las autoridades eclesiásticas.




En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, ha señalado que al tratarse de un bien de “tanta cercanía, desde el punto de vista ciudadano”, si pasa a formar parte del patrimonio público engrandece sus posibilidades.




Por este motivo, ha considerado un “sinsentido” la “carrera” emprendida por la Diócesis para ostentar su propiedad, algo que “no se corresponde ni con la doctrina de la Iglesia”.




Y Miguel Ángel Vázquez, portavoz de la Junta ha dicho que el Ejecutivo andaluz está estudiando todas las posibilidades, “incluidas las jurídicas, para responder a la demanda ciudadana, para que este bien cultural sea de patrimonio público”.




Tras conocer las palabras del portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, y las del vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, el Cabildo Catedralicio cordobés, titular del principal templo de la ciudad, ha mostrado en una nota su “sorpresa” por una postura que “en su conjunto no se ajusta a la realidad” y es “contraria a la normativa jurídica vigente”.




En su escrito, el Cabildo defiende que “siempre ha mantenido entendimiento y colaboración leal con las Administraciones Públicas” y al mismo tiempo, ha cumplido con “la misión encomendada en sus tres vertientes esenciales: culto, cultura y caridad” respecto a la gestión de la catedral.




Además, señala que lo ha hecho “a lo largo de ocho siglos de manera pública, pacífica e ininterrumpidamente a título de dueño”.




Por último, los canónigos subrayan en su comunicado que “mantendrán su espíritu de colaboración con todas las Administraciones Públicas como siempre lo ha hecho” el Cabildo para que “redunde en los intereses de la ciudad y los cordobeses”.




Añaden también que los cordobeses, ante la petición de la Junta de que se acceda gratuitamente al templo, “gozan de la entrada gratuita igual que otros colectivos”.




Y concluyen recordando que el Gobierno regional “nunca cuestionó” la titularidad de la Catedral.







2:14 a.m.

Un comunicante en mi blog de bioética me escribe para protestar contra un artículo que escribí hace unos meses en el que analizaba el caso de dos hermanos concebidos artificialmente a la vez, pero implantados para su desarrollo con cinco años de diferencia entre ellos. Mi amable comunicante me corrige en primer lugar por el título escogido, ya que no debería haberlos llamado “gemelos”, sino “mellizos”, al proceder de dos óvulos diferentes. Acepto la corrección, porque la RAE define al gemelo como aquellos individuos originados del mismo óvulo, lo cual no es el caso (son óvulos diferentes). No obstante, la propia RAE da “mellizo” como la primera definición de la voz “gemelo”. Y hay que reconocer que la RAE no contempla una definición para casos como este, en el que se fecundan a la vez varios óvulos, pero unos se congelan y deben esperar unos años hasta ser implantados. Si tienen surte, porque otros seguirán aún esperando, aletargados en el frío ambiente del nitrógeno líquido a -196º C… No procede, por tanto, la corrección semántica. Y desde luego, lo que no comparto de ninguna manera es el discurso que utiliza mi comunicante a favor de la FIV (fecundación in vitro), por usar en su defensa argumentos que parecían ya superados tras la II Guerra Mundial.

La tesis que defiende mi comunicante (común a la mayoría de los partidarios de la reproducción humana artificial) es que en la FIV lo único que se hace es aprovecharse de un desarrollo científico para conseguir algo que de otra manera no hubiera sido posible: El nacimiento de una nueva vida humana. ¿Cómo puede un defensor de la vida estar en contra de que se aproveche el avance científico para permitir el nacimiento de un nuevo ser humano allí donde la Naturaleza pone trabas? Sería, en opinión de los partidarios de la FIV, equivalente a oponerse a los avances médicos para curar una enfermedad. Sin embargo, la diferencia es notable: Por un lado, es perfectamente lícito utilizar los avances de la Ciencia para defenderse de las enfermedades. El conocimiento humano puede y debe tratar de dominar a la Naturaleza para proporcionar así una mejor calidad de vida al ser humano. Pero crear un nuevo ser de forma artificial es algo radicalmente distinto. El médico que cura una enfermedad corrige un problema físico, en un ser humano ya existente, hasta donde dicha corrección sea técnicamente posible, y siempre que ello no suponga un encarnizamiento terapéutico. Esto último sería condenable desde un punto de vista ético y de praxis médica. Por el contrario, el médico que reproduce en un laboratorio las condiciones para crear vida humana a partir de un óvulo y un espermatozoide no corrige la Naturaleza, sino que la sustituye, asumiendo en parte el papel creador de la misma, así como el de selector eugenésico. Tras producir varios embriones los analiza, arrancándoles una célula, para seleccionar entre ellos aquellos que están en mejor estado para ser implantados, tratando con ello de conseguir una mayor tasa de éxito, y congela al resto. ¿Cómo íbamos a esperar que seleccionara un embrión defectuoso para ser implantado? Sería como comprar una mascota de raza con un defecto que la imposibilitara para competir en los certámenes de belleza. O escoger un coche con un arañazo en todo el lateral. El que busca un hijo recurriendo a estas técnicas, lo quiero lo más perfecto posible (esperen a que podamos escoger marcadores genéticos que predispongan a un determinado carácter, y ya verán dónde acabamos con estas discusiones…)




Cada uno de nosotros es como es, fruto del azar en la maravillosa combinación de genes que nos dieron origen. En el mismo plano de igualdad que nuestros padres. Por eso no podemos reclamar contra nadie el hecho de haber nacido en un determinado momento y de ser como somos, más que al propio azar (o a Dios, para los creyentes). Por el contrario, el ser humano fruto de FIV, cual moderno Segismundo, sí que puede reclamar a sus padres por haberle provocado el nacimiento justo en ese momento (y o en otro) o por tener unas características fenotípicas específicas y no otras (“el delito mayor del hombre es haber nacido…”). Imaginemos un niño fruto de FIV que desarrollara una enfermedad: Nunca podrá saber si su enfermedad tuvo su origen en la manipulación a la que fue sometido durante su fase embrionaria o no.




El segundo argumento que utiliza mi comunicante a favor de la FIV es que, dado el tremendo (caro e incómodo) proceso a que se ven sometidos los padres para lograr un embarazo, los niños fruto de FIV son mucho más queridos y deseados que muchos de los otros niños nacidos “de forma natural”. Alguno de estos últimos es evidente que ni siquiera es querido, o es tan solo soportado, en el mejor de los casos. ¿Por qué, por tanto, oponerse a una técnica que produce frutos tan buenos, es decir, hijos tan deseados?




La clave está en considerar que tener un hijo es un derecho, en lugar de valorarlo como un don. El hombre considera que tiene derecho a tener hijos, en el momento que quiera y de la forma que quiera. Al margen de las limitaciones naturales. No ven al hijo como un don de la Naturaleza (de Dios) que en su maravilloso misterio contiene precisamente su característica más preciosa. Suele ocurrir que cuando el hombre se encuentra en la época más propicia para ser padre no desea serlo, y al contrario, lo desea cuando ya no puede serlo. Entonces es lógico acudir a pedir auxilio a la Ciencia, para lograr el cumplimiento de sus anhelos. Pero un hijo no es como una mascota, que uno puede querer en un momento dado y no en otro. No es un coche que uno selecciona con determinados accesorios. Es fácil entender que un hijo es un ser humano, igual que nosotros, que tiene un valor y una dignidad muy superior al de una mascota. Sin poner al mismo nivel a los hijos y a las mascotas, muchas parejas viven su deseo de ser padres como un derecho (¿capricho?) que deben satisfacer cueste lo que cueste (incluso en el plano económico). Lo que cuenta no es el hijo por sí mismo, sino el deseo que yo tengo de ser padre por encima de todo. Evidentemente, las parejas infértiles sufren por su no-fecundidad. Pero cuando recurren a técnicas inhumanas para traer al mundo a sus hijos los ponen al mismo nivel que un coche nuevo o una mascota: Algo que deseo tener y que compro, porque mi deseo de ser padre está por encima de todo. Sé que es una imagen fuerte y algo exagerada. Pero no encuentro otra forma mejor para ilustrar más gráficamente esta injusticia.




No he mencionado la suerte que espera a los embriones que sobran en cada proceso de fecundación artificial (“embriones sobrantes”, son llamados), condenados en el mejor de los casos a vivir en una fase interrumpida de su desarrollo o a ser finalmente destruidos en estériles ensayos clínicos, que los utilizarán como simple material genético de deshecho para mayor gloria de los científicos. Eso sólo empeora el panorama. Me parece que las dos consideraciones anteriores bastan de momento para justificar por qué la FIV es contraria a la dignidad y respeto debidos al ser humano.







2:14 a.m.

El Papa Francisco ha confirmado el nombramiento del iniciador y responsable del equipo internacional del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, como Consultor del Pontificio Consejo para los Laicos durante los próximos cinco años.

Esta confirmación se une a su nombramiento en 2011 como Consultor del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.




El responsable internacional del Camino Neocatecumenal pertenece a este Pontificio Consejo desde su designación en 1993 por Juan Pablo II, nombramiento que después se vio confirmado durante el resto de su pontificado, y más tarde por Benedicto XVI.




El Papa Francisco señala en la exhortación Evangelii Gaudium que «Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados. Ha crecido la conciencia de la identidad y la misión del laico en la Iglesia. Se cuenta con un numeroso laicado, aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebración de la fe. […] La formación de laicos y la evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral importante» (N. 102).




Kiko Argüello ha participado como Auditor en diversos Sínodos a lo largo de estos años, los más recientes son el Sínodo de la Eucaristía (2005); Sínodo de «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia» (2008) y el Sínodo de «La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana» en 2012.




El Papa y las familias en misión



El pasado 1 de febrero, el Papa Francisco recibió en audiencia en el Aula Pablo VI a 10.000 personas del Camino Neocatecumenal. Estaba prevista la bendición de 40 nuevas missio ad gentes, pero por falta de tiempo el Pontífice sólo puedo «enviar» a 12 que tienen como destino Asia.




Por ello, dos semanas más tarde, el viernes 14 de febrero, en las dependencias de la Residencia Santa Marta, el Santo Padre volvió a recibir a los responsables del Camino, Kiko Argüello, Carmen Hernández y al P. Mario Pezzi, y envió en misión a los presbíteros responsables de las otras 28 missio ad gentes que evangelizarán en Europa y Estados Unidos.







5:45 p.m.

¿Qué tiene este Hombre, que es especial?

Probablemente, ésta pudo ser una de las tantas preguntas interiores que pudo hacerse la mujer adúltera que aparece en Jn.8-11, cuando Jesús de Nazaret la levantó del suelo, devolviéndole la dignidad de mujer que otros hombres le habían robado. No conforme con eso, Jesús le hizo ver la misericordia de Dios y la perdonó porque mucho amó.




Este artículo no versa sobre la mujer adúltera, sino sobre el Papa Francisco. ¿Qué tiene este hombre, que lo que dice es tan atractivo, no sólo para los adultos sino también para los jóvenes?




La respuesta es muy sencilla: el mensaje del hombre con el que se encontró la mujer que se relata en en el evangelio de Juan, Jesús de Nazaret.




Se nota que Francisco vive el mensaje del Maestro y además sabe comunicarlo, no sólo con palabras (que más de una vez “por un oído nos entran y por otro nos salen”), sino también con sus expresiones corporales y actitudes, detalles que emanan, como si de un río se tratara, de su interior de forma natural, sin forzar, llevando a romper tantas veces el protocolo y hasta las medidas de seguridad establecidas para su persona.




Es sabedor de que en la nueva era de la comunicación, era que nos ha tocado vivir, “una imagen vale más que mil palabras”. Una imagen, un gesto amable puede favorecer a la nueva evangelización, a la transmisión y aceptación de la Buena Noticia, en la sociedad del mundo de hoy. También es plenamente consciente de que una desafortunada palabra, una mala imagen, un mal gesto, una debilidad humana, puede provocar un efecto contrario, desvirtuando y alejando a los hombres y mujeres del Evangelio.




Le hemos podido escuchar o leer en sus homilías frases como, “no se anuncia el Evangelio con cara de funeral, muchas veces los cristianos tienen, tenemos, más la cara de asisistir a un funeral que de ir a alabar a Dios”, o “tenemos que mostrar la alegría de ser cristianos. pero el problema es que no estamos acostumbrados a hablar de la alegría”. No es de extrañar que su primera Exhortación Apostólica lleve por título Evangelii Gaudium: la alegría del Evangelio.




Tenemos el mejor de los vinos, Jesús, que supera, con creces, a cualquier Denominación de Origen, pero no somos maestros en ofertarlo a una sociedad como la española, tan necesitada de Él.




Es verdad que la imagen no lo es todo, pero ayuda y no se puede despreciar. Si evaluáramos de 0 a 10 la imagen y la comunicación que presenta, que presentamos, la Iglesia en España, no llegaríamos al aprobado. Hoy por hoy, es una tarea que tenemos pendiente y sería bueno que la Iglesia contara con más expertos en imagen y comunicación para una mejor transmisión de la Buena Noticia.




En estos días, los obispos españoles se reunirán con el Papa Francisco en Roma para la visita ad limina apostolorum, que traducido al castellano significa la visita “a los umbrales, a los pies de los Apóstoles Pedro y Pablo”. Se realiza cada cinco años y dicha visita tiene como finalidad informar al Papa de la situación actual de cada una de las diócesis españolas.




Espero que nuestros obispos aprendan del modo y manera de ser del Papa, para que la imagen y la comunicación de la Iglesia española vaya caminando hacia una mejor imagen de sí misma y del Evangelio.







5:45 p.m.





Los islamistas de Boko Haram, que significa “la educación occidental está prohibida” han quemado vivos a más de 58 estudiantes antes del amanecer del martes 25 de febrero de 2014.




El método de ejecución de los islamistas de Boko Haram, que recibe apoyo económico de Arabia Saudita, ha consistido en prender fuego a un dormitorio cerrado en una escuela del norte de Nigeria, disparar a quemarropa a los niños y adolescentes, degollar a los estudiantes que trataban de escapar por las ventanas y a otros los quemaron vivos.




Los islamoterroristas asesinan a los cristianos con el objetivo de implementar el Islam en el país, Nigeria, el ml mayor productor de petróleo del extenso continente africano.




Boko Haram asesina constantemente a los cristianos para que estos huyan despavoridos del país.




Las criminales acciones de estos islamistas no generan el rechazo real de Occidente, que es incapaz de oponerse a las masacres para no irritar a Arabia Saudita, el patrocinador de los yihadistas que degüellan cristianos y asesinan a sus correligionarios chiítas en Siria.




Europa está sedienta de petróleo y es desvía la mirada para otra parte. Mientras niños, jóvenes, mujeres, ancianos, hombres son asesinados cada día en países musulmanes por el mero hecho de ser cristianos.




El petróleo bien vale la pena para estos cínicos pseudo progresistas y falsos demócratas, mientras el precio a pagar a la bestia islamoterrorista sea la sangre de los cristianos.




NOTAS




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5:45 p.m.

Jason Lepojärvi es teólogo y filósofo por la Universidad de Finlandia y desde hace poco vive y enseña en Oxford, donde investiga un tema que le apasiona: los límites entre la veneración a lo santo, la adoración sólo debida a Dios y la idolatría. Piensa que investigar este tema puede ayudar al diálogo ecuménico, que le afecta incluso personalmente.

Pero en Finlandia se hizo famoso hablando de sexo.




La Teología del Cuerpo... picante



Su tesis doctoral trataba sobre la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II, esa serie de 129 catequesis que el Papa dio entre 1979 y 1984 tratando el tema del cuerpo humano, la sexualidad, la emotividad y su lenguaje.




Los divulgadores de la Teología del Cuerpo acuden además a su libro de 1969 (siendo aún cardenal) “Amor y responsabilidad” . En él se leen cosas como esta, del puño y letra de Karol Wojtyla:




“Los sexólogos constatan que la curva de excitación de la mujer es diferente a la del hombre… Su organismo está dotado de muchas zonas erógenas, lo cual es una especie de compensación de que su excitación crezca más lentamente. El hombre ha de tener en cuenta esta diferencia de reacciones… Existe un ritmo de la naturaleza que los cónyuges han de encontrar para llegar al mismo momento al punto culminante de excitación sexual. Cuando la mujer no encuentra la satisfacción natural ligada al punto culminante (orgasmus), es de temer que no sienta plenamente el acto conyugal, que no embarque en él su personalidad entera, lo cual la deja expuesta a neurosis y trae consigo una frigidez sexual que resulta a veces de un complejo o de una falta de entrega total de la que ella es la responsable. Pero otras, es consecuencia del egoísmo del hombre… La mujer empieza entonces a rehuir las relaciones sexuales… Además puede contraer enfermedades orgánicas en los órganos sexuales. Tampoco basta la bondad de la mujer que finge el orgasmo para no humillar al orgullo masculino. Todo lo cual conduce a la degradación del matrimonio”.




Sexo católico, versión ecuménica



Lepojärvi no sólo dedicó su tesis a este tema (en toda su amplitud teológica y filosófica) sino que también la convirtió en un libro de divulgación que tuvo éxito en Finlandia llamado “El cuerpo como imagen de Dios”.




“Mi libro lo publicó el centro editor finlandés católico que publica también las encíclicas y otros documentos oficiales. He sido el primer –y por ahora único- autor no católico en publicar ahí. Es un libro popular. La Teología del Cuerpo es útil para parejas si se le explica de forma accesible, no con el lenguaje denso de Juan Pablo II. Me gustaría que ayudase a muchos”.




A Lepojärvi le gusta cómo el norteamericano Christopher West (laico católico, padre de cinco hijos y gran conferenciante; http://ift.tt/1pv01sz) populariza la Teología del Cuerpo con lenguaje “de la calle”. Le apoyan el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, y su antecesor el cardenal Rigali.




“West ha recibido algunas críticas, pero sinceramente creo que sin base, porque nada de lo que dice West es controvertido. Por supuesto, tenemos aquí un Papa que habla del sexo y el orgasmo. ¡Claro que algunos se pueden asustar! Pero en mi caso, en Finlandia, de mi libro sólo se quejó un movimiento pietista luterano, que tradicionalmente era muy anticatólico. Lo curioso es que unos pocos años después, ¡este mismo movimiento era el que estaba traduciendo y editando los libros sobre Jesús de Nazaret del Papa Benedicto XVI!”, explica el teólogo finlandés.




El libro de Lepojärvi apareció en las librerías finlandesas con recomendaciones de cuatro autoridades bien diversas: el mismo West –un católico padre de familia-, un obispo de la Iglesia Ortodoxa de Finlandia (en el país hay 3 diócesis ortodoxas, que dependen de Constantinopla, no del vecino ruso), un teólogo luterano de Helsinki y un profesor pentecostal.




“Yo quería hacer el libro tan ecuménico como fuese posible y dejé las referencias católicas al mínimo. En Finlandia, donde sólo hay escuelas públicas, ninguna cristiana ni privada, usan el libro en diversas escuelas e institutos donde ya dan clases de esta Teología del Cuerpo”, apunta.




De familia pentecostal



La inquietud ecuménica y cierta visión internacional Jason la tiene interiorizada desde su origen.




“Mi madre era canadiense, de familia atea, eran 8 hermanos. Mi padre, finlandés, de familia pentecostal, también de 8 hermanos. O sea, que tengo un montón de tíos y tías. Mi esposa, Lisa, también es de origen pentecostal. Mis padres vivieron su encuentro personal con Dios, su conversión, cuando ambos tenían 18 o 19 años en una iglesia pentecostal en Finlandia, y así yo, mi hermano y mi hermana crecimos como pentecostales”.




“Como suele suceder, perdí interés en las cosas de Dios siendo adolescente. Pero en Finlandia es obligatorio hacer un año de servicio militar y estando en el servicio con 19 o 20 años cayeron en mis manos los libros de C.S. Lewis. Y así me convertí”.




Lepojärvi ha estado en España precisamente para hablar de la visión que C.S. Lewis tenía sobre la Virgen María en el Congreso sobre Tolkien y Lewis de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, el 24 y 25 de febrero. Pero lo que tocó al joven Jason alejado de Dios fue otro tema.




¿Por qué hay mal si Dios es bueno?



“Yo no conocía a Lewis de niño, no leí los cuentos de Narnia. Mi primer contacto fue en el servicio militar con su libro ‘El Problema del Dolor’. Un tema clásico: si Dios es bueno, ¿por qué hay mal y dolor en el mundo? Cualquier respuesta breve sonará a respuesta barata. Pero el libro en sí es muy edificante y lo recomiendo”.




Lo que realmente le impactó a Jason es cierto argumento del libro. “Los hombres consideramos el dolor y el mal como un problema; de alguna manera el mal nos escandaliza, tenemos la idea, la intuición, de que el mundo no debería ser así, de que en la existencia no debería haber mal y dolor. ¿Por qué nos escandaliza y nos extraña, por qué no lo asumimos como algo normalísimo? Intuimos que debe haber otra realidad sin dolor, buena, plena. ¿No es esa extrañeza una pista, no será que de verdad hay esa otra realidad sin dolor?




Lewis también desarrolló otra variante de ese argumento con otra intuición humana: que el tiempo es algo raro, no es nuestro elemento natural. Un pez se siente a gusto en el agua, y probablemente no se hace preguntas sobre el agua. Pero el hombre, que vive en un mundo de tiempo y espacio, considera que el tiempo es algo extraño: siempre nos parece demasiado, o demasiado escaso, se nos escapa, nos avasalla, se alarga y acorta, nos indigna nuestro escaso acceso al pasado o al futuro… Eso, ¿no es una pista de que fuimos hechos para otro mundo, uno de eternidad?




En ambos casos los seres humanos somos “desterrados hijos de Eva”, que pasamos “una mala noche en una mala posada” (en palabras de Santa Teresa): este mundo caído, con maldad, dolor y pérdida, no es el nuestro: se nos hizo para la eternidad con Dios.




A Jason le gustó el enfoque de Lewis, se convirtió a Cristo y se embarcó en sus otros libros de apologética y teología, y después decidió hacer eso: estudiar teología y filosofía.




"Mi teología es católica"



“Espiritualmente, me eduqué como pentecostal de niño, y yo digo que me salvé en una iglesia pentecostal, a la que le estoy agradecido. Aunque no oro en lenguas, las cosas carismáticas no me molestan. Para las estadísticas oficiales de Finlandia soy de la Iglesia Luterana, la oficial del país, aunque mi interior es pentecostal. Pero mi teología es católica”.




Lepojärvi, que ha sido presidente de la Sociedad C.S.Lewis de la Universidad de Oxford y ha leído largo y tendido toda la obra teológica del escritor británico, nos confirma que sobre “cosas carismáticas” Lewis sólo escribió un pequeño texto sobre glosolalia (oración en lenguas) y consideraciones sobre los milagros en su libro “Milagros”, “que es un poco difícil de leer… para los que empiecen a leer a Lewis recomiendo ir primero a Mero Cristianismo”.




Lepojärvi ha visto el reciente vídeo casero que el Papa ha enviado a una reunión de pastores pentecostales. “Como cristiano de a pie me parece muy bien, y ojalá de verdad empiece el milagro de la unidad, como dice, y que Dios lo complete. El vídeo es refrescante, es como un abrazo, muy espontáneo con el iPhone. Aunque en realidad quien empezó a tuitear fue Benedicto XVI. Como teólogo, me intriga saber cómo ve el Papa a los pentecostales.”




La infalibilidad... y fe sobrenatural



En Oxford –y en su paso por Madrid- Jason Lepojärvi va a la misa católica, sin comulgar. ¿Qué le falta para su plena acogida en la Iglesia Católica?




“Ya cuando empecé a estudiar teología católica vi que las posturas luteranas de Sola Fide y Sola Scriptura no eran consistentes. Para poder pronunciar la fórmula de entrada en el catolicismo, esa de ‘profeso que acepto todo lo que enseña la Iglesia Católica…’, necesitaría aclarar más lo de la infalibilidad papal. No es que yo niegue firmemente la infalibilidad papal, pero no la entiendo tanto como para poder hacer esa declaración. Si alguien quiere escribirme por e-mail sobre el tema, adelante. Además, necesito fe sobrenatural en la Eucaristía. Sobre eso no necesito explicaciones ni e-mails, sino oraciones. Los pentecostales no son maniqueos que odien la materia, saben que la materia es buena, pero no tienen sacramentos, todo lo ven como símbolos, así me eduqué… pero la Eucaristía católica es real… así que necesito esa fe sobrenatural”.




¿Se puede amar demasiado a María?



Como Lepojärvi está ahora investigando sobre las fronteras entre lo que es veneración (a lo santo), adoración (sólo a Dios debida) e idolatría, aprovechó su conferencia en Madrid sobre Lewis y la Virgen María para lanzar una serie de preguntas de matices.




“Lewis intentaba no escribir en público sobre los temas que dividían a los cristianos de distintas tradiciones, pero en una carta personal a la señora Van Deusen explica su temor de que la veneración a María, dice él, ‘te pueda llevar a un estado, como el que afecta a algunos católicos romanos, a tratar a la Virgen María como a una divinidad, y convertirla incluso en el centro de la religión”. La solución de Lewis: mejor abstenerse de esa veneración.




Pero a Lapojärvi le extraña este enfoque porque no encaja con lo que Lewis explica en su libro “Los Cuatro Amores”, donde Lewis enseña que el problema de lo que parece un amor desordenado (a la patria, por ejemplo), no es que ame demasiado a algo, sino que no ama lo suficiente a algo que debería ir primero (Dios). Nunca se puede amar demasiado, igual que no se puede ser demasiado bueno o virtuoso… pero sabiendo qué cosa amada tiene primacía.




“Lewis entendía la distinción teórica entre la devoción apropiada y la inapropiada. Pero no aplica sus magníficos principios teóricos al amor por María y los santos. Debería decir: “es imposible amar demasiado a María” y dar como solución “ama más a María, y ama a Dios aún más todavía”. En cambio, prefiere rechazar esa devoción. Si queremos ser suaves con Lewis, podemos decir que no se le ha dado una distinción clara, concreta, entre formas apropiadas y no apropiadas de devoción. Cuidado con las zonas grises, te dirá”.




La solución pasaría, intuye Lapojärvi, quizá pensando en muchos otros protestantes con miedo a “amar demasiado” a los santos, en establecer bien los límites: cuándo se venera lícitamente a alguien (un maestro, nuestros padres y abuelos, nuestras lícitas autoridades, nuestros difuntos) y cuando se cae en idolatría. Eso es lo que está investigando ahora.




Quien quiera escribirle sobre este tema o el de la infalibilidad papal, en inglés o finlandés, puede hacerlo en su e-mail: jason.lepojarvi@stb.ox.ac.uk







6:52 a.m.

Decenas de especialistas en cultura digital y religión se dan cita en estos días en la capital italiana para debatir cómo contribuir con los medios para una cultura de paz y “crear imágenes con la nueva generación¨.

La actividad es organizada por Signis, una asociación católica de profesionales de la comunicación que desean trabajar y animar ideas positivas para la cultura actual. El papa Francisco envió su bendición y beneplácito con la iniciativa.




Decenas de especialistas en cultura digital y religión se dan cita en estos días en la capital italiana para debatir cómo contribuir con los medios para una cultura de paz y “crear imágenes con la nueva generación". La actividad es organizada por Signis, una asociación católica de profesionales de la comunicación que desean trabajar y animar ideas positivas para la cultura actual.




En el pasado congreso mundial de Signis, celebrado en 2009 en Tailandia, se logró reunir a más de 600 medios y profesionales del desarrollo, comunicadores católicos y jóvenes estudiantes, desafiados por dar respuesta al lema del encuentro, que fue “Somos la voz del mundo; ¿escuchan nuestras voces?”.




El congreso prevé analizar las respuestas a esta pregunta: ¿hasta qué punto están los comunicadores católicos escuchando las voces de los jóvenes y trabajando con ellos de manera práctica y creativa para transformar el mundo de las comunicaciones?.




Este desafío abre la necesidad de explorar qué implicancias tiene para los seres humanos que intentan comprender las culturas emergentes. El concepto de ‘nueva generación’ también expresa la necesidad de responder creativa y apropiadamente a las culturas emergentes que atraviesan y cuestionan las presunciones tradicionales sobre edad, sexo, cultura o estatus social, político o económico.




El Congreso abordará estos temas por medio de diálogos interactivos, debates, talleres y una fuerte presencia joven y activa de profesionales de los medios creativos. Hay tres ejes temáticos: “Una visión del futuro: ¿cuáles son las formas que adoptan las culturas emergentes?”, “Culturas emergentes: una perspectiva teológica y ética y crítica de sus valores”, y “Desafíos de una nueva generación: una respuesta creativa y con imaginación ”.




La primera jornada del encuentro fue inaugurada por el sacerdote jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica –publicación que entrevistó al Papa-, quien habló sobre las dimensiones éticas y espirituales en la cultura digital.




Francisco envió su bendición al congreso. A través del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín, el Papa se ha manifestado contento de que el encuentro proponga una reflexión sobre el poder comunicativo de la imagen, que a través de los medios de comunicación, expresa experiencias, esperanzas y preocupaciones de los jóvenes”.







6:52 a.m.

Siddhanta Chhetri, de 25 años, es estudiante universitario en Nepal que este pasado 23 de febrero recibió su primera comunión en la catedral de la Asunción en Katmandú.

Convertido al catolicismo desde un origen hinduista, el joven declara a AsiaNews que ir a la iglesia le ayuda a superar sus problemas, y que buena parte de los jóvenes en Nepal viven un hinduismo hecho de prácticas vacías, que no llenan de verdad.




"Veo miles de jóvenes nepaleses, sobre todo de religión hinduista, que viven una espiritualidad árida y están confundidos", explica Chhetri.




"Les falta una verdadera guía. También yo tenía dudas sobre mi vida y mi carrera. Cuando empecé a frecuentar en modo regular la iglesia, a hablar con los sacerdotes y otros jóvenes católicos, fui encontrando mi camino".




La experiencia personal de Chhetri es que el hinduismo consiste en buena parte en prácticas de mera tradición, o incluso superstición, que llevan a un desierto espiritual a muchos jóvenes.




"Esto ha llevado a muchos muchachos a caer en la criminalidad o al abuso de drogas. Lo que yo aprendí de la Iglesia es que la espiritualidad es un gran instrumento para mejorar. Los católicos son personas satisfechas porque son sólidos en la fe en Jesucristo y viven según la Palabra de Dios", explica el joven.




Chhatri cumplió su camino de catecúmeno en la catedral de la Asunción. "En este momento-comenta a AsiaNews Bhim Rai, un catequista- estamos preparando más de 20 personas".




El p. Richard Rai, un sacerdote de la catedral, explica: "Nosotros servimos a cualquiera nos necesite. Las personas vienen a vernos para un consejo, y nosotros los escuchamos y asistimos según nuestro sentir. Y muchos, católicos y no católicos, visitan nuestra iglesia. Muchos aprenden a vivir en Cristo"




Una Iglesia que nace de cero



Nepal, encajado en el Himalaya, entre el coloso chino y el gigante indio, cuenta con 30 millones de habitantes, el 80% son de religión hindú y el 11 % budistas. Los cristianos son una ínfima minoría.




Se considera que en 1960 no vivían en el país ni diez cristianos. Aunque habían llegado misioneros católicos portugueses ya en el siglo XVII, siempre fui difícil crear misiones. De 1810 a 1950, mientras el cristianismo se extendía en la India y África, por ejemplo, no hubo en Nepal ni un clérigo cristiano, ni un misionero extranjero.




Hoy, cuentan con su propio obispo, nativo nepalés, el Vicario Apostólico Antony Francis Sharma, que lidera las comunidades católicas: 8 parroquias y 36 iglesias no parroquiales. Estas Navidades fueron las terceras celebradas públicamente: la Monarquía nepalí, que cayó en 2006, restringía muchísimo la libertad religiosa y los signos públicos cristianos.




“Aunque yo sea hindú, me gusta la fiesta de Navidad. Muchos de mis amigos son cristianos y ahora se ha convertido en una tradición para nosotros intercambiar buenos deseos y regalos. Y la noche de Navidad, enciendo velas y oro por la paz”, comentaba a la agencia AsiaNews, Niru Chanda, una joven india de 19 años.




En estos años desde que cayó la monarquía, los católicos han pasado de ser unos 4.000 a más de 10.000. Mantienen más de 20 escuelas y ofrecen instrucción a decenas de miles de refugiados llegados de Bhutan, de cultura budista.




Lo que crece con gran velocidad son las comunidades protestantes, sobre todo pentecostales, que son más ágiles (y a veces más superficiales) en su trabajo misionero. Hay quien habla de un total de 1 o 2 millones de cristianos ya en el país.







4:30 a.m.

Ha fallecido Carlo Masseroni, misionero italiano que, durante 45 años, vivió la misión en Burundi.

Se le recuerda como uno de los primeros sacerdotes diocesanos “Fidei Donum” italianos.




En teoría, los sacerdotes Fidei Donum – por la encíclica de Pío XII del mismo nombre que invitaba en 1957 a renovar el impulso misionero – eran enviados para un servicio misionero temporal, con un acuerdo entre la diócesis que envía y la que lo recibe. En el caso de Carlo fue un compromiso de por vida.




Su destino fue la parroquia de Rwarangabo donde, prácticamente partiendo de cero, logró levantar la parroquia y numerosas capillas, además de crear una red de servicios sociales y sanitarios.




Acompañó a su querido pueblo de Burundi en todo momento, también en los tristes años de las masacres.




La tarde del 6 de julio del año 2000, un malintencionado entró en su casa con el propósito de matarlo y le disparó un tiro en plena cara. Gravemente herido, fue trasladado a un hospital de Nairobi.




Contra toda esperanza, se recuperó, aunque perdió un ojo y se quedó casi sordo.




Aún así en enero de 2001 ya estaba de vuelta a su misión. Ya con 80 años, pasó sus últimos tiempos en Burundi en el hospital de Kiremba, consolando y administrando los sacramentos a los enfermos que pasaban por la institución.




Como recordaba Mario Bandera, amigo suyo y director del centro misionero de Novara, la diócesis italiana de la que partió y de la que era sacerdote: “Su coraje y su largo y ejemplar servicio quedaran como una huella indeleble”.







4:00 a.m.

El 25 de marzo próximo se cumplirá ya el diecinueve aniversario de la publicación de la Encíclica Evangelium Vitae, de Juan Pablo II: una gran regalo para la Iglesia, para la humanidad de entonces y de ahora. Con su publicación, una corriente de aire fresco y puro irrumpía en este mundo nuestro tan calcinado y desierto por la «cultura de la muerte». Resonaba con fuerte vigor la voz libre y profética del Papa, de la Iglesia, cargada de esperanza, que grita y anuncia el Evangelio: la Buena Noticia, de la vida: porque el Evangelio de Dios al hombre, en efecto, el Evangelio de la dignidad inviolable de la persona humana, el evangelio de la misericordia, y el evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio.

Una buena noticia se nos dio entonces y sigue con la mismísima actualidad que en aquel momento. Una buena noticia aconteció en medio de nosotros tan necesitados como andamos de buenas noticias. Una luz grande iluminaba aquellos momentos y sigue iluminando la oscuridad de una «cultura de muerte». Nadie, en este tiempo, ha hablado con tanta fuerza, con tanta claridad y verdad, ni con tanto amor y ternura y misericordia en defensa del hombre amenazado como lo hizo este paladín de la vida que fue Juan Pablo II.




Con ese amor y ternura la Iglesia, hoy y mañana, ha de salir, ante este desafío de la vida, en defensa de la vida despreciada, en defensa de la dignidad preterida o violada. Ha de clamar por el hombre inocente, dar la cara por el indefenso con energía, apostar fuerte por la vida, por toda vida humana desde su gestación hasta la muerte natural. Escuchando al Papa Juan Pablo II se siente el gozo inmenso de ser hombre, la alegría de haber sido llamado a la Vida, la dicha de ser una de esas criaturas –un hombre– querida directamente y por sí misma por Dios, que quiere que el hombre viva y cuya gloria es ésa : la vida del hombre. Si al final del siglo XIX, la Iglesia «no podía callar ante los abusos sociales entonces existentes, menos aún puede callar hoy, cuando a las injusticias sociales del pasado tristemente no superadas todavía, se añaden en tantas partes del mundo injusticias y opresiones incluso más graves, consideradas tal vez como elementos de progreso de cara a la organización del nuevo orden mundial» (Juan Pablo II).




Sin duda, la injusticia y la opresión más grave que corroe el momento presente es esa gran multitud de seres humanos débiles, inocentes e indefensos que está siendo aplastada en su derecho fundamental a la vida. El desafío que tiene la Iglesia, que tenemos nosotros, los hombres y mujeres de hoy es arduo. Sólo la cooperación concorde de cuantos creen en el valor de la vida podrá evitar una derrota de la civilización de consecuencias imprevisibles. Como el Papa Juan Pablo II recordó tantísimas veces a la humanidad entera, una de las causas más decisivas en las que se va a jugar el futuro –se está jugando ya– de la humanidad y la salvación del hombre, en el siglo XXI y en el tercer milenio, va a ser la causa de la vida. El siglo XX fue el siglo de las grandes guerras, de las más terribles de toda la historia humana. Desde la perspectiva de la fe católica –y desde la misma razón– habría que añadir, además, que el siglo XX es el periodo histórico, dentro de la era cristiana, en el que el valor de la vida se ha visto más universalmente amenazado y más abiertamente puesto en cuestión.




Nuevas y gravísimas amenazas se ciernen sobre la vida y la dignidad de la persona humana. La guerra se sigue utilizando sin escrúpulos como método brutal de solución a los problemas políticos. Se usa y justifica el terrorismo con sus escuela de asesinatos, crímenes, vidas y familias destrozadas como recurso «legítimo», no se sabe bien, con qué fines políticos, sociales o culturales. Se justifican la manipulación genética con fines experimentales o la eliminación de embriones, no considerados como seres humanos, como si no se tratase de «uno de los nuestros». Nos hemos acostumbrado a esas cuatro quintas partes de la humanidad que pasan hambre o a esos millones y millones de hombres, ya desde niños, que no tienen el mínimo necesario para subsistir con dignidad. Se vende, sin ninguna justificación e incluso falseando los mismos datos de las Naciones Unidas, el llamado «boom demográfico», con políticas antinatalistas, incluyendo en ellas incluso el aborto, puestas al servicio de intereses económicos e ideológicos. El narcotráfico criminal y el consumo de drogas sigue haciendo estragos en la vida de numerosos jóvenes. No son, por desgracia infrecuentes los malos tratos, incluso con heridas y consecuencias de muerte, infl igidos a mujeres y niños débiles e inermes. La vida de los no nacidos, de los enfermos terminales, delosancianos, delosdisminuidos de todo tipo, se encuentra cada vez más desamparada no sólo por las leyes vigentes, sino también por las costumbres y estilos de vida más en boga en la sociedad actual. Parece que se trata de vidas humanas de inferior valor y menos dignas de protección jurídica y social que las de los sanos, fuertes y autosuficientes en lo físico, lo psíquico y lo económico-social. Es evidente: gana terreno lo que Juan Pablo II calificó como la cultura de la muerte. Pero la muerte ha sido vencida por el Evangelio de la vida: Éste es el que la Iglesia proclama y defi ende con gozo, con esperanza y con toda su fuerza. La Iglesia apuesta por el hombre. Es necesario apostar por el hombre y su futuro.




Desde esta postura positiva abordaré, una vez más, en sucesivos artículos, el tema del aborto, y lo que está en juego en no pocas posiciones o reacciones que se mantienen ante él o ante legislaciones existentes o ante eventuales cambios de las mismas. Si no defendemos y protegemos la vida, ¿dónde vamos? Si nos avergonzamos de leyes a favor de la esclavitud en el pasado, ¿por qué no avergonzarnos de legislaciones presentes en contra de este derecho tan fundamental, el de la vida, en el que sustentan los otros? Son muchos, más de lo que parece, los que se avergüenzan de tales legislaciones porque apuestan por el hombre y su futuro, y lo serán más aún en el futuro, los que vengan detrás en el camino de la humanidad, en el camino de la vida de la humanidad. El hombre, la vida del hombre, es el camino del futuro.




© La Razón







4:00 a.m.

El Papa Francisco ha conseguido superar al presidente de EE.UU., Barack Obama, en impacto de sus mensajes en Twitter, donde es retuiteado cuatro veces más que el presidente estadounidense, y ha conseguido convertirse en líder mundial en las redes sociales, según concluye un estudio presentado este martes en el Mobile World Congress de Barcelona.

"El Papa ha de servir a todos, especialmente, a los más pobres, los más débiles, los más pequeños" es el tweet emitido por el pontífice argentino que ha supuesto más retweets en la red con 30.608, sin tener en cuenta su mensaje inicial en enero de 2013, remarca el trabajo elaborado por Aleteia y AdEthic y 3rdPlace, e introducido por el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.




Cada publicación en la citada red que emite el Papa genera una media de 6.637 retweets, respecto a los 2.309 de Obama en cada mensaje, lo que sitúa al Pontífice en "líder mundial en las redes sociales", por delante de Barack Obama, el Dalai Lama o la presidenta argentina Cristina Kirchner, ha señalado el cofundador de 3rdPlace, Claudio Zamboni.




El estudio toma en consideración que el Papa cuenta con 12 millones de seguidores -en los 13 meses de cuenta oficial y sumando sus cuentas en distintos idiomas-, mientras que Obama supera los 40,9 millones --en sus 72 meses de mandato-- con una frecuencia de publicaciones de 7,76 tweets diarios, respecto a los 0,79 de Francisco.




En el periodo de tiempo que analiza el informe, las 49 millones de menciones acumuladas por Jorge Bergoglio solo fueron superadas por el grupo musical One Direction y el cantante Justin Bieber, lo que lo sitúa como la tercera figura más popular de Internet en 2013, según el trabajo.




Bajo el título ´Internet ama al Papa Francisco´, el estudio cruza datos entre marzo y noviembre de 2013 y pone de manifiesto el "gran seguimiento del Papa Francisco el potencial del mensaje social y ético en la red", ha remarcado Sistach, pionero en el mundo en la introducción de la realidad aumentada.




Claves del fenómeno



El presidente y director de Aleteia, Jesús Colina, ha destacado que "uno de los factores originales de este Papa es que toca los temas de la vida cotidiana de las personas y, desde allí, toca todos los ámbitos, con cuestiones de sociedad, política y ética, que son los que más repercusión tiene en la red".




Colina ha significado que la respuesta de Francisco sobre la homosexualidad, en que señaló que él no era nadie para juzgar a estas personas, logró "un impacto fuera del ámbito religioso, porque ha sorprendido en un momento en que la Iglesia estaba encerrada" en un lenguaje difícil de comprender y este Papa ha sido capaz de interpelar a las personas, según ha dicho.




Empatía con el público



Colina ha remarcado que ello pone de manifiesto que la tecnología en sí no basta, que necesita de un mensaje, y ha subrayado que uno de los motivos por los que Francisco tiene impacto es por el hecho de que no se dedica a retransmitir lo que ha dicho antes en una homilía, sino que "toca el corazón" y empatiza con las personas.




Uno de los retos pendientes de Jorge Bergoglio, al que los directores del estudio han aconsejado que se haga Facebook, es ahora la interactividad, por el gran número de respuestas y mensajes directos que recibe el Pontífice, que no tiene móvil pero que se niega a que le escriban los mensajes, que él construye personalmente.







3:29 a.m.

En el primer consistorio de su pontificado, Jorge Mario Bergoglio no ha sido amable con la casta de los cardenales.

En la apertura de la sesión les ha enrostrado “rivalidades, envidias, bandos”. Y en la homilía de la Misa de cierre “intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos, preferencias”.




Y sin embargo es a este poco estimado colegio cardenalicio que Francisco le ha confiado la primera discusión importante a alto nivel sobre el tema del próximo Sínodo de los obispos –la familia-, en un tiempo como el actual, ha dicho el Papa, en el cual ella “es despreciada y maltratada”.




El Sínodo sobre la familia ha sido el centro focal de los encuentros llevados a cabo en el Vaticano durante los días pasados. Todo el colegio cardenalicio le ha dedicado dos días, el 20 y 21 de febrero. Y durante otros dos días, el 24 y el 25, lo ha trabajado el consejo de la secretaría general del Sínodo, que es un poco la aristocracia electiva de la jerarquía católica mundial.




Ambas reuniones se han celebrado a puertas cerradas, cosa que en sí no sorprende. Pero cuanto se ha entrevisto de esta marcha de acercamiento al Sínodo es suficiente para hacer todavía más palpable las novedades y las incógnitas introducidas por el papa Francisco.




La discusión de los cardenales fue introducida por una exposición de dos horas efectuada por el cardenal Walter Kasper. Mientras que el consejo del Sínodo examinó las respuestas, llegadas al Vaticano, al cuestionario remitido en octubre a todas las conferencias episcopales.




La exposición de Kasper no ha sido dada a conocer al público, sino que sólo fue resumida en la prensa en términos muy sucintos por el padre Federico Lombardi.




La decisión del papa Bergoglio de confiar a Kasper la exposición introductoria fue interpretada como la señal de un posible cambio de la praxis de la Iglesia sobre un punto neurálgico: la prohibición de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.




Ya en los años ’90, en efecto, Kasper se había distinguido como partidario de un cambio, junto a otros cardenales y obispos alemanes. Quien detuvo todo fue Joseph Ratzinger, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.




Esta vez – según lo referido por el padre Lombardi – Kasper no volvió a proponer explícitamente un cambio, pero mantuvo alta la expectativa que eso podría llegar a ocurrir, en particular cuando ha propuesto que “el camino del sacramento de la penitencia puede ser un camino válido para una solución del problema".




Resulta que entre los sesenta y nueve cardenales que intervinieron luego de su exposición varios invocaron abiertamente innovaciones sobre este punto, como además ya había ocurrido durante los meses pasados en varias entrevistas y declaraciones de cardenales y obispos.




El mismo papa Francisco había dado una señal en esta dirección, cuando en el pasado mes de julio, en el avión que lo traía de regreso desde Brasil, se expresó con estas palabras crípticas:




"Un paréntesis: los ortodoxos tienen una praxis distinta. Ellos siguen la teología de la economía, así la llaman, y dan una segunda posibilidad [de matrimonio], lo permiten. Pero creo que este problema – cierro el paréntesis – se tiene que estudiar dentro del marco de la pastoral matrimonial".




Posteriormente el Papa quiso también la publicación de una nota del actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard L. Müller, muy firme al confirmar la intangibilidad del matrimonio indisoluble.




Pero ahora de nuevo Francisco ha dado señales de apertura al cambio, confiando a Kasper la tarea de introducir la discusión de los cardenales y complementándose vivamente con él al término de la misma.




Para la revocación de la prohibición de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar se han expresado – en forma casi plebiscitaria – también las respuestas al cuestionario presinodal hechas públicas hasta aquí.




Quienes han dado a conocer los resultados han sido las conferencias episcopales de Alemania, Austria y Suiza, contraviniendo con ello el compromiso de reserva pedido y sufriendo el leve reproche del Secretario general del Sínodo, el neo-cardenal Lorenzo Baldisseri.




Técnicamente el cuestionario no se presta a ser traducido en datos estadísticos confiables. Cualquiera podía responder y en las formas más diversas. Y es evidente que quienes se activaron para responder y dar a conocer las propias respuestas han sido casi solamente los partidarios del cambio, tanto como individuos y como grupos.




Al presentar el cuestionario a la prensa el pasado 5 de noviembre, el arzobispo Bruno Forte, Secretario especial del Sínodo, dijo que éste "no debe decidir por mayoría o seguir a la opinión pública", pero agregó también que "sería erróneo ignorar que una parte consistente de la opinión pública tiene una cierta instancia".




Pero los partidarios de una recepción favorable de las instancias de las “bases” se apoyan en dos expresiones que reaparecen con frecuencia en la predicación del papa Francisco.




La primera es que los pastores de la Iglesia deben tener "el olor de las ovejas".




La segunda y más explícita es que los pastores deben saber caminar no sólo delante y en medio de la grey, sino también detrás, “porque la misma grey tiene el instinto para encontrar el camino”.




Todo esto muestra un crecimiento de las expectativas en la opinión pública, dentro y fuera de la Iglesia. Expectativas de cambio de la doctrina y de la praxis católica no sólo sobre la cuestión de los divorciados que se han vuelto a casar, sino sobre otros aspectos que están hoy a la orden del día, como las uniones entre homosexuales, los modos para engendrar o adoptar hijos, etcétera.




Se puede prever que estas expectativas de la opinión pública se harán todavía más fuertes y acuciantes cuando se reúna el Sínodo en su primera sesión en octubre, con la sola tarea de recoger propuestas, al haber sido enviada a la segunda sesión del 2015 la formulación de las opciones operativas a presentar al Papa para la decisión última.




Está sucediendo entonces con este Sínodo, por decisión voluntaria del Papa y de las altas jerarquías, lo que sucedió inopinadamente con el Concilio Vaticano II, es decir, su duplicación en un concilio “externo”, muy activo en los medios de comunicación y en respuesta a otros criterios, capaces de influir en forma determinante en el verdadero Concilio.




Hace un año, en uno de sus últimos discursos como Papa, luego del anuncio de su dimisión, Benedicto XVI evocó esos dos concilios paralelos, vividos dramáticamente por él mismo en primera persona, con palabras de evidente claridad.




Dijo entre otras cosas:




"Fue el Concilio de los Padres – el verdadero Concilio –, pero fue también el Concilio de los medios de comunicación. Fue casi un Concilio en sí mismo, y el mundo percibió al Concilio a través de éstos, a través de los medios de comunicación.




"En consecuencia, el Concilio inmediatamente eficiente que llegó al pueblo fue el de los medios de comunicación, no el de los Padres.




"El Concilio de los periodistas no se realizó, naturalmente, en lo interno de la fe, sino en lo interno de las categorías de los medios de comunicación de hoy, es decir, fuera de la fe, con una hermenéutica diferente.




"Fue una hermenéutica política. Para los medios de comunicación, el Concilio fue una lucha política, una lucha de poder entre diferentes corrientes en el interior de la Iglesia. Fue obvio que los medios de comunicación tomaron posición por esa parte que a ellos les parecía la más adecuada con su mundo.




"Sabemos cómo este Concilio de los medios de comunicación fue accesible a todos. En consecuencia, éste fue el dominante, el más eficiente, y el que ha creado tantas calamidades, tantos problemas, realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, una liturgia banalizada… El verdadero Concilio ha tenido dificultades para concretizarse, para realizarse. El Concilio virtual fue más fuerte que el Concilio real".




Como este paradigma "externo", producido por el mundo y por efecto del mundo, se convirtió en un verdadero y propio canon reconstructivo e interpretativo del Concilio Vaticano II, también se corre el riesgo que suceda lo mismo con el Sínodo sobre la familia convocado por el papa Francisco.




Es un paradigma que está cambiando también la presencia de la Iglesia en la escena pública, donde precisamente la familia está sometida a los desafíos más cruciales.




Un síntoma de esto es un artículo publicado en el último número de "La Civiltà Cattolica", la revista de los jesuitas de Roma que con el Papa jesuita ha visto crecer su rol de portavoz oficioso de la cúspide de la Iglesia.




El autor del artículo, el padre GianPaolo Salvini – ex director de la revista y muy amigo del fallecido cardenal Carlo Maria Martini – ha rescatado un documento de un año atrás de una comisión de la Conferencia Episcopal Francesa y lo ha vuelto a presentar como si fuese el modelo de la presencia de la Iglesia en la escena pública más acorde con los tiempos.




Ciertamente, la visión cristiana del matrimonio no es la misma que hoy se está imponiendo en varios países. Pero para "La Civiltà Cattolica" esto no debe ofrecer a la Iglesia una señal de "polémica encendida" o de condena:




"No debemos temer que nuestros modos de vida entren en contradicción con las normas en boga en la sociedad actual. Lo importante es que nuestro testimonio aparezca no como un juicio sobre los otros, sino como coherencia entre nuestra fe y nuestras acciones. De este modo será posible dar un aporte constructivo también a toda la sociedad".




Durante un breve período el episcopado francés, cuando era su presidente André Vingt-Trois, el arzobispo de París, se había comprometido vigorosamente para enfrentar la revolución sexual deseada por el presidente François Hollande. Benedicto XVI le había dado su pleno apoyo, con su vehemente y último discurso prenavideño pronunciado ante la Curia romana el 21 de diciembre de 2012.




Pero después, una vez que se convirtió en ley el matrimonio homosexual, los obispos franceses se han retirado de la escena pública, a pesar que las plazas se siguen llenando con católicos, judíos, musulmanes y agnósticos contrarios a esta y a otras leyes similares.




Los obispos de Francia han sustituido el espíritu de minoría creativa y combativa con un espíritu de minoría puramente testimonial, favorable a los “puntos de vista positivos contenidos en las razones de los otros” y alejada de condenas: "¿Quién soy yo para juzgar?".




Es por esto que han recibido el aplauso de los jesuitas de Roma, quienes los han elegido como modelos para la Iglesia universal con el imprimatur de las autoridades vaticanas y, en definitiva, del Papa.




Con el riesgo que, al atenerse a este modelo, se instaure entre la Iglesia y las potencias mundanas una relación no de diálogo sino de sumisión, como la que padecen los “dhimmi” [es decir, judíos y cristianos] en una sociedad musulmana.







12:59 a.m.

En su Discurso durante el Desayuno Anual de Oración, que tuvo lugar en Washington el 4 de Febrero de 1994, la Beata Teresa de Calcuta dijo: “Estaba sorprendida en el Oeste al ver tantos jóvenes, muchachos y muchachas, dándole a las drogas. Y traté de averiguar el por qué. ¿Por qué es así, cuando aquéllos en el Oeste tienen muchas más cosas que los del Tercer Mundo? Y la respuesta era: Porque no hay ninguno en la familia para recibirlos. Nuestros hijos dependen de nosotros para todo, para su salud, su nutrición, su seguridad, su llegar a conocer y a amar a Dios. Por todo esto, nos miran con confianza, esperanza y expectativa. Pero a menudo el padre y la madre están tan ocupados que no tienen tiempo para sus hijos, o quizá no están aún casados o han renunciado al matrimonio. Así los hijos se van a la calle y se involucran en drogas y otras cosas”.

Cuando se deja solos a los niños, cuando se les encomienda desde la más tierna infancia a cambiantes personas de referencia o van continuamente de uno de los progenitores separados al otro, como si fuesen niños pimpong que van de aquí para allá cada semana, con todo lo que significa ese trasiego para una personalidad que está aún en formación, o bien uno de ellos es prácticamente inexistente para el hijo que deja de verle, entonces los niños piensan que sus padres, sea verdad o no, no les quieren ni se preocupan de ellos, y ello repercute desastrosamente en su integración social, por lo que tienen mayores probabilidades de ser unos inadaptados, fracasar en los estudios y en el trabajo, y no lograr su madurez personal. El trauma vivido por los hijos de padres divorciados se prolonga a lo largo de los años y les dificulta para afrontar los cambios propios de la adolescencia, así como sus primeras relaciones amorosas, que se ven llenas de conflictos por temores derivados de la experiencia traumática. Peor todavía cuando lo que se pretende es despertar en ellos la desconfianza e incluso el odio hacia el otro progenitor.




Sabido es que las familias rotas son una de las principales causas de la delincuencia juvenil y que la probabilidad de estos jóvenes de drogarse, ser madres solteras en la adolescencia o divorciarse de mayores es muy superior a la media. Nada puede sustituir a la falta de amor, que también puede darse cuando uno de los padres busca de modo egoísta el afecto del hijo viciándole, sin comprender que el amor no se compra con regalos materiales.




Aunque los padres en muchas ocasiones se separan “porque no se entienden”, están obligados a entenderse en algunos temas de importancia como pueden ser los hijos, de los que siguen siendo ambos responsables, o las previsiones económicas. Por ello, en las separaciones los padres han de procurar ponerse de acuerdo en cómo educar a sus hijos, manteniendo en este punto unidad y ejercitando conjuntamente su autoridad paterna. Más que nunca en estas circunstancias los padres han de ser conscientes de que su obligación en justicia es buscar el bien del hijo, aunque esto signifique para ellos sacrificios y renuncias. Su fracaso como matrimonio debiera ser una razón más para intentar ser unos buenos padres, no a base de regalos o diversiones, sino transmitiendo valores, amor y una educación seria.




No es fácil la tarea a realizar con los hijos. Para evitar que sean hijos huérfanos de padres vivos, los padres deben evitar las discusiones delante de ellos, hacerles depositarios de sus rencores, o entrar en competición sobre cuál de los dos le quiere más, debiendo, por el contrario, lograr que el niño sepa y sienta que sus dos padres le quieren y comprenden y que ello no supone ceder a sus caprichos. Para el hijo es conveniente que, pese a la separación, los padres, o al menos el progenitor que se encarga de su educación, no tenga una nueva relación afectiva. Los hijos aprenden así con el ejemplo el valor de la fidelidad incondicional y del respeto a la palabra dada. Es claro que quien se encarga de la educación de los hijos debe intentar darles serenidad, paz y alegría, siendo muy conveniente pedir la ayuda divina, lo que no es obstáculo para que sepa defender sus derechos, especialmente en lo referente a la pensión alimenticia.




Por supuesto, no hay que impedir que sigan queriendo a su otro padre, pero, aunque es bueno que logren asumir lo sucedido, tampoco conviene, sobre todo a partir de cierta edad, darles la impresión de que todo es normal, que todo está bien así.




En todos estos casos pueden ser muy importantes los abuelos. También ellos sufren cuando ven cómo se destruye el hogar de sus hijos y nietos. Pero pueden ser un gran apoyo en la educación de sus nietos, dedicando una atención especial al hijo de su hijo o de su hija separados o divorciados, y ayudando en la medida de sus posibilidades a encontrar a Dios, descubrir valores, amar el bien y tomar decisiones correctas.




Tampoco olvidemos que cada vez son más los Centros de Orientación Familiar en las diócesis, en los que profesionales solventes, preferiblemente cristianos, pues la luz que aporta la fe es importante, pueden ayudar a resolver problemas aparentemente insolubles.







6:14 a.m.

La Santa Sede ha difundido este martes la prometida Carta a las Familias, que lleva fecha del 2 de febrero, festividad de la Presentación del Señor.

En ella, Francisco desgrana el intenso programa en torno a la familia que prepara la Iglesia para los próximos meses: la asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre, la asamblea ordinaria al año siguiente, y en septiembre de 2015 el Encuentro mundial de las Familias en Filadelfia (Estados Unidos).




El Papa pide oraciones a las familias para el buen fin de todo este programa porque son ellas las interesadas: "[Está dedicado] de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matrimonios, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y a la tarea de las familias en la misión de la Iglesia".




Asimismo, comentando el pasaje evangélico de la Presentación de Nuestro Señor en el Templo y el encuentro entre los ancianos Simeón y Ana y los jóvenes José y María, Francisco realza el poder unificador de Jesús: "¡Realmente Jesús hace que generaciones diferentes se encuentren y se unan! Él es la fuente inagotable de ese amor que vence todo egoísmo, toda soledad, toda tristeza. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús".




En la presentación del documento, el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Vincenzo Paglia, recordó que "la irradiación del primer cristianismo tuvo lugar por medio de la red de las familias. Esto es una gran enseñanza para este nuestro tiempo, que exige un nuevo periodo misionero de la predicación evangélica".




"El Papa", insistió monseñor Paglia, "pìde a las familias cristianas que sientan la responsabilidad de su misió en nuestro tiempo, tan confuso e inquieto. Pide su ayuda". Además, "si no fuese por las familias, la palabra de Jesús (la palabra de la Iglesia, la palabra del Papa) sobre el amor esponsal que es capaz de abrirse al ágape de Dios para todos parecería abstracta, irreal, ineficaz".




Texto íntegro de la Carta de Francisco a las Familias



Queridas familias:




Me presento a la puerta de su casa para hablarles de un acontecimiento que, como ya saben, tendrá lugar el próximo mes de octubre en el Vaticano. Se trata de la Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada para tratar el tema Los retos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización. Pues la Iglesia hoy está llamada a anunciar el Evangelio afrontando también las nuevas emergencias pastorales relacionadas con la familia.




Este señalado encuentro es importante para todo el Pueblo de Dios, Obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de las Iglesias particulares del mundo entero, que participan activamente en su preparación con propuestas concretas y con la ayuda indispensable de la oración. El apoyo de la oración es necesario e importante especialmente de parte de ustedes, queridas familias. Esta Asamblea sinodal está dedicada de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matrimonios, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y a la tarea de las familias en la misión de la Iglesia. Por tanto, les pido que invoquen con insistencia al Espíritu Santo, para que ilumine a los Padres sinodales y los guíe en su grave responsabilidad. Como saben, a esta Asamblea sinodal extraordinaria seguirá un año después la Asamblea ordinaria, que tratará el mismo tema de la familia. Y, en ese contexto, en septiembre de 2015, tendrá lugar el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. Así pues, oremos todos juntos para que, mediante estas iniciativas, la Iglesia realice un auténtico camino de discernimiento y adopte los medios pastorales adecuados para ayudar a las familias a afrontar los retos actuales con la luz y la fuerza que vienen del Evangelio.




Les escribo esta carta el día en que se celebra la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo. En el Evangelio de Lucas vemos que la Virgen y San José, según la Ley de Moisés, llevaron al Niño al templo para ofrecérselo al Señor, y dos ancianos, Simeón y Ana, impulsados por el Espíritu Santo, fueron a su encuentro y reconocieron en Jesús al Mesías (cf. Lc 2,22-38). Simeón lo tomó en brazos y dio gracias a Dios porque finalmente había "visto" la salvación; Ana, a pesar de su avanzada edad, cobró nuevas fuerzas y se puso a hablar a todos del Niño. Es una hermosa estampa: dos jóvenes padres y dos personas ancianas, reunidas por Jesús. ¡Realmente Jesús hace que generaciones diferentes se encuentren y se unan! Él es la fuente inagotable de ese amor que vence todo egoísmo, toda soledad, toda tristeza. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús: Él nos ofrece su Palabra, que ilumina nuestro camino; nos da el Pan de vida, que nos sostiene en las fatigas de cada día.




Queridas familias, su oración por el Sínodo de los Obispos será un precioso tesoro que enriquecerá a la Iglesia. Se lo agradezco, y les pido que recen también por mí, para que pueda servir al Pueblo de Dios en la verdad y en la caridad. Que la protección de la Bienaventurada Virgen María y de San José les acompañe siempre y les ayude a caminar unidos en el amor y en el servicio mutuo. Invoco de corazón sobre cada familia la bendición del Señor.




Vaticano, 2 de febrero de 2014



Fiesta de la Presentación del Señor







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